Canibalismo Frutal

Árbol

Herta Müller, en El hombre es un gran Faisán en el mundo, narra la historia de un árbol que se comía sus propias manzanas, y del horror que provoca en el pueblo. El árbol es condenado a la hoguera.
Sin embargo, nadie se preguntó por las disquisiciones del árbol antes de ser calcinado. ¿Qué era lo que horrorizaba a los aldeanos?
Estoy de acuerdo -pensaba el árbol-: parece terrible, si un hombre se come su propio dedo aquello ha de ser tachado de canibalismo. Pero ¿no es acaso porque los dedos no han sido diseñados para ser comidos? En cambio ¿las manzanas? ¿no están diseñadas, incluso por la misma naturaleza, para ser comidas? ¿qué es lo horroroso de que me coma mis propios frutos?
Por supuesto, el árbol jamás había escuchado el concepto de incesto.