Me hubiera quedado con el griego y el hebreo (que se me está olvidando... ¡no! tenemos que evitarlo). Me hubiera puesto a aprender francés... o haber comenzado antes con el alemán... pero no, la original y necia quería aprender latín.
Pero sé latín y no quiero que se me olvide. Quiero aprender mucho más latín: poder leer a Séneca, Boecio y Cicerón con la misma fluidez que leo a Avicena, Tomás y Alberto. Quiero aprender a componer en latín (que, si ustedes le echan un ojo a los prólogos de las ediciones alemanas, se percatarán de que es un latín mucho más complejo que el escolástico: tiene algunos tintes casi renacentistas).
Estoy muy confundida. Hay muchas cosas que no tengo claras, otras que me preocupan. Pocas claridades. Muchos descubrimientos que no sé cómo integrar a mi "nuevo sistema de creencias". ¿De qué estamos hablando? ¿De la tesis o de mi vida amorosa?
De las dos... en análoga situación se encuentran ambas...
Algo, de todos modos, me queda claro.
Primero, que o me pongo a meterle átomos al alemán, o la tesis va a quedar muy tercermundista.
Segundo, que ya estamos en marzo... y que si las cosas se acaban en Junio, la psiquiatra tendrá que hacer prodigios sobre mi espíritu (no es para tanto: lo único que necesito es que me ayude con la disciplina... y asumo que no existe medicamento alguno llamado "estoiquiflox"... aunque con un "epicureín" me conformo para evitar lo que me pasó hoy: quedarme encerrada en la casa con pánico a levantarme de la cama.)
Tercero, que por ahora no pido nada. Que quiero acostumbrarme a no pedir nada. Y que eso también quiere decir no ofrecer más que aquello que no requiera retribución. Es difícil.
Cuarto: que estoy volviendo a escuchar a Rammstein... y a escuchar la grabación que Juan Carlos me pasó del Cuento de Invierno de Heine. Lo que más me gusta del alemán es cómo suena (aunque mi carnal se burle y, cuando digo "fünf" el empiece a dar ladridos tipo "guauf, guauf"... jeje... ahora que él quiere irse con una beca de la VolskWagen a aprender a hacer carritos populares).
Y Quinto: que no debo perder la disciplina de escribir acá... escribir, por ahora, me ha mantenido saludiable... la "escriturina", por ahora, es buena medicina para este Higuito Enfermo...
Sed Contra...
Estoy muy confundida. Hay muchas cosas que no tengo claras, otras que me preocupan. Pocas claridades. Muchos descubrimientos que no sé cómo integrar a mi "nuevo sistema de creencias". ¿De qué estamos hablando? ¿De la tesis o de mi vida amorosa?
De las dos... en análoga situación se encuentran ambas...
Algo, de todos modos, me queda claro.
Primero, que o me pongo a meterle átomos al alemán, o la tesis va a quedar muy tercermundista.
Segundo, que ya estamos en marzo... y que si las cosas se acaban en Junio, la psiquiatra tendrá que hacer prodigios sobre mi espíritu (no es para tanto: lo único que necesito es que me ayude con la disciplina... y asumo que no existe medicamento alguno llamado "estoiquiflox"... aunque con un "epicureín" me conformo para evitar lo que me pasó hoy: quedarme encerrada en la casa con pánico a levantarme de la cama.)
Tercero, que por ahora no pido nada. Que quiero acostumbrarme a no pedir nada. Y que eso también quiere decir no ofrecer más que aquello que no requiera retribución. Es difícil.
Cuarto: que estoy volviendo a escuchar a Rammstein... y a escuchar la grabación que Juan Carlos me pasó del Cuento de Invierno de Heine. Lo que más me gusta del alemán es cómo suena (aunque mi carnal se burle y, cuando digo "fünf" el empiece a dar ladridos tipo "guauf, guauf"... jeje... ahora que él quiere irse con una beca de la VolskWagen a aprender a hacer carritos populares).
Y Quinto: que no debo perder la disciplina de escribir acá... escribir, por ahora, me ha mantenido saludiable... la "escriturina", por ahora, es buena medicina para este Higuito Enfermo...
Sed Contra...
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