04 abril 2011

Trans Latore

Ok, les voy a contar un secreto.
Mi papá me dijo hace unos meses que si de veras el alemán se me hacía tan difícil, y si de verdad tenía necesidad de leer mis articulitos en alemán, pues que agarrara el traductor de Google. Y me puse toda digna y dije que cómo se le ocurría.
Bueno. No sé si el epicureín o qué fue, pero pos dije: "bueno ¿estoy pendeja o qué? es hora de afrontar las cosas" y ahí me tienen, con Google Translate y Anzulewicz.
Obvio: se necesita poder reconocer hasta cierto grado la estructura gramatical de lo que se está leyendo, y conocer un poco el tema para saber qué sentido del término es correcto.
Google Translate es un traductor bastante evolucionado: reconoce muuuchos giros idiomáticos (lo que luego no es tan bueno porque pone giros donde no van y entonces una sufre muchísimo).
Sí: de pronto hay que partir los párrafos, o de plano hay enunciados enteros que hay que traducir "a mano". Pero por ahora llevo unas ocho cuartillas de 25.

(y ya me estoy comenzando a familiarizar con cierto vocabulario técnico).

En estos días mi tesis es posible gracias a la tecnología. Ayer encontré en línea el comentario de Averroes al Peri Hermenéias (gracias a un amigo hebraísta del otro lado del Atlántico quién me frecuenta por FB). Toda la Apud Iuntas y todo el Alberto Magno de Borgnet están trepados a Internet. Y existe Google Translator.
¿Qué habría sido del destino de la Filosofía si san Agustín, en vez de rogarle a san Jerónimo que le tradujera cosas del griego, hubiera podido traducir a Orígenes con Google Transductore?

Este nopalito endémico terminará la tesis. Pronto.

Me voy que si no no acabo.

Esponja parásita tecnológica

PD: obvio, no me confío de todos modos. Mañana veré al profe de alemán. Ya me dirá Juan Carlitos si esta táctica funciona.

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