Varia

1.- Soy yo la que tiene la culpa. La que se creía grande y fuerte, y se ilusionó durante un instante, y en un instante comprendió que todo era producto de su estúpida imaginación, y sufrió una caída como de 20 mil metros de altura, y tiene miedo... mucho miedo. Y reacciona como bestia herida... porque es una bestia y está herida. Mucho. (Para mayor información, lea el post de abajo)

2.- "De modo no trivial". ¿Saben cuántos años llevo leyendo ese enunciado, en cuántos idiomas y en cuantos artículos? Pero el autor siempre ha sido el mismo. El mismito políglota autor. Y lo tengo cerquitita y nunca me había atrevido a preguntarle qué entiende por "trivial" y por "no-trivial". ¡Nunca! Y por eso decidí entrar a su clase sobre Intencionalidad. Porque yo ya me había leído Intentionality (recomendado aquella fatídica noche en Coyoacán, por supuesto, antes de que se pusiera fatídica y de que Tiresias me revelara que Valerio conocía mi blog). Pues no. No entendía qué entendía él por "modo no trivial".

Y hoy... hoy salió de su boca –que parece una rayita– la oración "de modo no trivial". Y, bueno, no es que fuera un asunto trivial... pero entendí.

El otro día escribí en Twitter que tengo un mes para acabar la tesis, y que sigo sin entender qué es la intencionalidad. Mi amigo me contestó sin más:

@esponjita es cuando piensas, siempre es sobre algo.

Pues sí. Soy lenta ¿saben? Lenta, atrabancada y estúpida.

Hoy no quiero verme al espejo.

(Lo único bueno es que conseguí la serie completa de La princesa de los mil años. Y cuando tenga una hija le voy a poner Yayoi. Y sí; acabo de escribirle obscenidades al amor de mi vida, con quien no podré tener una hija con cara de japonesita para poderle poner Yayoi)

A partir de mañana este blog vuelve a ser totalmente impersonal.

Y como siempre, gran abrazo a Felicidad. Prometo contestar, nomás recobre un poquito la calma.

PD: Y a propósito de Anime y Manga ochentero, he aquí la frase pegadora de Candy Candy del día de hoy: "El Príncipe de la Colina" (sí se acuerdan ¿no? ¡Albert! ¡El príncipe de la Colina! ¿no?)