14 agosto 2011

No quiero ser esa mujer...

En el post de abajo (que carece de nombre) les cuento de la tesis.
Acá les cuento de otra cosa.

Mis acercamientos con el ex han sido raros. Finalmente quedó clara la virtud que tiene su novia sobre mi: se preocupa por él. Y digo, es que lo lleva de acá para allá, lo apapacha, su casa es limpia e impoluta, no le exige explicaciones ni le hace preguntas. Salvo cuando lo quiere evangelizar.

Y es que quizás él y yo tuvimos visiones de la vida diferentes. Al conocerlo, la atea de mi quiso, como la célebre Ruth del viejo testamento, dejarlo todo por él: casa, nación y religión. A punto estuve de convertirme al catolicismo (a pesar de provenir en un 50% de una familia bautista). Pero él no quería tal cosa. Para él su catolicismo es algo que lo vuelve especial e inaccesible. Al final tal catolicismo se volvió una mescolanza de dudas y herejías que a mi ya no me gustaron nada. Recuerdo mucho aquella película con Audrey Tautou donde ella acaba más judía que su novio judío y le reclama no ser un buen judío.

En fin. Mi abuelita, bautista, me enseñó que el asunto religioso es un asunto racional. Ella, por supuesto, era más hereje que todo hereje del templo, y el pastor, al escucharla, sólo decía '¡Ay Aurorita!' un poco a causa de su edad.
Mi abuelita muy pronto abandonó la idea de Dios era origen sólo del bien. Por eso, cuando yo la conocí no le rezaba a ese Jehová que había matado 40 mil, sino al Dios dualidad, bien-mal, hombre-mujer... y en ello mi abuelita reconocía la sabiduría de los nahuas y su divinidad Ometeotl. Para mi abuelita Jehova era un Dios vampiro, como Huitzilopochtli, que gustaban de la sangre y los sacrificios. Que era cruel con Caín al despreciarle sus verduritas...

Los misterios ininteligibles tampoco la convencían: nada de que la Trinidad ni de que Jesús era hijo de Dios. Nada de que uno 'siente' algo que no puede explicar. Somos imagen y semejanza porque somos malos y buenos, porque somos racionales y poseemos la palabra. Milagros son las mariposas y sus largos vuelos desde Canadá hasta Michoacán. No es casualidad que de esa imagen de Dios haya surgido una Física y una economista marxista-materialista.

Pero no es que Dios nos abandone a nuestra suerte. Él es la suerte. Mi abuelita en eso era Calvinista: ya todo está escrito y en el libro de la Vida ya están los nombres que están. En eso mi abuelita era Epicúrea: Dios no anda preocupándose por ponernos las cosas de tal modo para que nos vaya bien o mal: en ese sentido le somos indiferentes.
Pero Dios no nos ha abandonado a nuestra suerte porque nos ha dado la fe. Pero para mi abuelita la Fe era la capacidad de hacer lo que queremos. El poder de la voluntad. El 'querer es poder'.

Y no... yo quiero muchas cosas: tener trabajo, acabar la tesis, no olvidar el griego, aprender de ciencias cognitivas. Pero entre las cosas que quiero no está convencer al ex de que vuelva conmigo. Yo no puedo darle lo que necesita. No puedo hacer las veces de una mamá. Y me congratulo que haya encontrado una mujer con forma de mamá pero a la que se puede coger y no lo regaña. Y, sobre todo, que no le pide coherencia, quizás porque también ha encontrado a la horma de su zapato ¿quién sabe? buscar a Dios como algo que se siente, como algo que no se entiende, como a algo que ha de poderse blanquear con mentiras.

Pero mi Dios (de haberlo) a de ser el del Santo Job. Y es un buen Dios porque al final, dará respuesta.


1 comentario:

Karla dijo...

¡Qué post!

Yo no tengo un exnovio católico recalcitrante, pero sí una mamá ultra, requere, recontra,pasmosamente católica.

¡¡¡Me simpatiza tu abuela!!!

Mucho ánimo con la tesis, que andamos en las mismas.