Bueno, ya organicé un poquito la barra lateral del blog.
Obviamente mi selección es tremendamente incompleta. Además tendría que hacerles una reseña especial de algunas cosas. Y por ahí me falta incluir la página de cierto asesor mío, pero tengo que pedirle primero autorización para ello: muchas cosas que están aquí las tomé de su página.
Bueno... espero que les sea de utilidad. Desgraciadamente yo no soy muy avezada en estos asuntos del html, así que no tengo idea de cómo hacer que mi propio índice sirva de vínculo a las secciones que anuncia (si alguien sabe ¡dígame cómo!).
En fin. Pues me regreso a mis labores. Sólo quisiera contarles una cosa y hacer una pequeña reflexión sobre ello.
El otro día me encontré en el Pumabús a un investigador del IIFs (Filosóficas, pa' los cuates), y nos fuimos platicando. Él me preguntó si en IIFL (Filológicas pa' los cuates) había Filosofía Medieval. Bueno, no dijo "filosofía". Y pues le conté que, efectivamente, ahí está el medievalista mexicano por excelencia... que hace ya muchos años que no medievalea... y que no, que allá no hacen Filosofía Medieval.
Después de un rato me quedé pensando en que debí explicarle el problema central del asunto: para hacer historia de la filosofía hay que ser filósofo, o de menos tener formación filosófica. Para colmo, en el IIFL la tendencia filosófica es, paradójicamente, la más alejada de los temas más caros para los medievalistas. Si bien asuntos de religión y antropología pueden llamar la atención de aquellos filósofos hacia la Edad Media, –o incluso la filosofía política–, lo más suculento de la Edad Media son, justamente, los temas más caros a la Filosofía Analítica: la lógica, la filosofía del Lenguaje, la Metafísica (y no me refiero sólo al asunto de la Primera Causa, sino a temas que van desde el determinismo hasta cuestiones de modalidad).
Es muy difícil entender de qué va el problema de la disputa sobre el Intelecto Agente (y qué importancia tiene más allá del placer del anticuario) si no se tienen nociones sobre lógica, semántica, ontología e incluso sobre filosofía de la mente. O, por ejemplo, es muy difícil comprender cuáles son los problemas centrales detrás del De ente et essentia de Tomás si no se tiene idea de cuestiones lógicas, semánticas y ontológicas (también por eso es una brutalidad dar en tercer semestre de la carrera, como si fuera lo más natural, ese pequeño opúsculo). O, por ejemplo, ¿cómo hacer notar la relevancia de Abelardo y Ockham cuando el alumno jamás ha llevado una clase de Filosofía del Lenguaje? A ello hay que aunar el prejuicio detrás del cual se ha formado el plan de estudios: la filosofía medieval se enseña casi como para mostrar como, gracias al Renacimiento y la Ilustración, ese semestre oscuro fue superado.
Gran parte del problema con la filosofía medieval en Licenciatura tiene que ver con todo ello. Por un lado se necesita haber tenido una buena formación en Aristóteles, lo que, dadas las preferencias de algunos profesores, jamás ocurre. Pero también, para captar la verdadera profundidad de aquella larguísima época –cuya única unidad proviene de la lengua (latín) y el lapso entre la caída de Roma y Constantinopla– requiere, justamente, que el alumno ya posea una buena formación en ciertos temas: de menos Lógica, Filosofía del Lenguaje y Metafísica. De tal suerte que en tercer semestre a penas se pueden señalar algunas cosas que, lo más conveniente, sería retomar más adelante.
Sin embargo muchas veces ocurre que algunos profesores poseen formación... ¿cómo decirlo? pues algo así como teológica. Entonces se enseñan ciertos conceptos como algo que debe memorizarse, y difícilmente el alumno encuentra interés en aquella aburridísima tarea que, encima de todo, asocia a la religión. Total que aquello resulta contraproducente.
Y, por último, el problema detrás de todo aquello tiene que ver con la idea "cuasi-hegeliana" con la que se diseñaron los planes de estudios en México, al menos de las universidades públicas. ¿Por qué la importancia de la Historia de la Filosofía a la par de materias disciplinales como Lógica, Metafísica o Ética? Creo yo, por la idea de superación Hegeliana. No en balde Kant se lleva todo un semestre y otro tanto para Hegel. Es como si se tratara de reproducir, a modo de laboratorio, las continuas superaciones de las épocas del espíritu.
¿Qué hacer ante todo ello?
Por ahora, los medievaloblastos seguirnos formando bien. Divulgar lo que hacemos, para lo cual internet es una excelente herramienta (y, como verán, los medievalistas son quienes más jugo han sacado de los recursos electrónicos).
Porque, en el fondo, ser medievalista en esta época es una cosa muy desafiante. Encima de ser filósofo hay que hacerle a la historia y a la filología. Casi cada año aparecen nuevas ediciones de textos que permanecen pacientemente guardados en las estanterías de milenarias bibliotecas. A diferencia de lo que ocurre con la filosofía antigua, a penas estamos comenzando a sacar a la luz gran parte de toda esa historia y a reconstruirla. El helenista, por ejemplo, ya tiene al alcance el grueso de sus Corpora pulcramente editados (aunque aún faltan cosas por sacar a la luz).
Además, hay que 'traducir' al lenguaje 'moderno' el meollo de los descubrimientos de sus carísimos objetos de estudio. No sólo me refiero a traducir del latín a lenguas vernáculas, sino traducir conjuntos conceptuales completos... evitando, a la vez, deformar aquellos pensamientos con tal de hacerlos cuadrar en nuestros esquemas conceptuales...
Pero encima de todo, tiene que luchar contra gigantescos prejuicios de sus propios colegas, filósofos. Contra muchas clases y tipos de prejuicios: no, no hacemos historia para darle la razón a Hegel. Tampoco por el espíritu de anticuario (aunque, ciertamente, se requiere un poco de aquél para disfrutar lo que se hace). Pero entonces ¿para qué hacer historia? Esta última pregunta tiene varias respuestas, y es en esa diversidad donde reposa su importancia e interés.
Por un lado, porque aquellas reflexiones pueden volverse interlocutoras nuestras. Quizás nuestros problemas ya fueron planteados e incluso resueltos con anterioridad, y por ello vale la pena ir a preguntarles a aquellos maestros. No vaya a ocurrir, como dijera Dominik Perler haciendo un poco de mofa contra John Searle, que terminemos descubriendo por segunda vez la "rueda" filosófica.
Pero también vale la pena reconstruir la historia que nos ha traído hasta acá, aún si no creemos en la visión hegeliana de la historia. Como dice mi asesor, los sistemas filosóficos no se han creado de la nada. No es Descartes (por más que aquello le moleste a Rorty) quien ha inventado el problema mente-cuerpo. Tampoco es el único modo de plantear el asunto. Nosotros somos continuadores de una mezcla compleja de tradiciones, de sus discusiones y sus omisiones. Y, ahora sí, cito al asesor:
"Pero bien, el hecho que nadie se interese por Alberto Magno, a Alberto ya no le molesta; él está muerto. El problema es que, si no entendemos y ubicamos el pasado como algo nuestro, nosotros, en cuanto interesados en la filosofía, no nos vamos a entender a nosotros mismos".*
Esponjita medievalista
Nota única:
2 comentarios:
Par Dieu ! No veo esta:
http://capricorn.bc.edu/siepm/books.html
Deje lo aúno... Gracias.
(Ahora ¿me podría dar las clasesistas de html para que mi índice funcione como tal?)
Publicar un comentario