29 noviembre 2011

Sueño


Las camas. Por eso que se dio cuenta.

Entraron al cuarto. Estaba con las luces apagadas, pero había suficiente luz como para que se dieran cuenta de que la habitación no estaba vacía. Los dos se quedaron petrificados: habían ido ahí para esconderse y solitos había caído en las manos del enemigo. Pero no, eran dos –¿u otros dos?— dormidos y roncando. Se quedaron en silencio; sí claro, si despertaban quizás tendrían un par de cómplices... pero no podían darse el lujo de correr riesgos. Pero ¿y afuera? Si salían juntos, si salía él y ella se quedaba adentro y despertaban ellos... Se miraron a los ojos. Ella dió un paso hacia adelante y sintió el agua hasta su tobillo. Algo andaba mal... ¿agua? Pero a él le pareció lo más natural. Se quitó la ropa y se echó en la pequeña piscina. La invitó a hacer lo mismo. La pareja que roncaba en... ¿en la piscina de arriba? no. Ellos no se inmutaron. Ella se quitó la ropa y se echó junto a él. La pareja aquella despertó, pasó sobre ellos y se fue. ¿Agua? bueno, estaba calientita. Entonces el le susurró que dejara pasar ese pequeño detalle ¿a poco quería despertar antes de que el sueño valiera la pena? Ella tragó saliva... bueno –pensó– ultimadamente sería su imaginación quién le pondría cuerpo... jamás lo había visto desnudo...

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