La gripa ayer hizo estragos (¡si les contara los sueños, pesadillas, etc!)
Pero he de haber amanecido muy bien porque hasta desayuné opíparamente, y hasta cociné y toda la cosa (¡ooOOohhh!).
Bueno, acometeré la empresa de leer a Wirmer. ¡Google Translator, acude a mi ayuda! Si veo que la cosa va muy lenta, aborto la misión y seguimos con la redacción. Total, hay mucha Black, y Taylor y "Danza con lubricantes"... ejem, digo, no, Klubertanz... y hasta un recién descubierto David Bloch, un danés jovencito, jovencito, que acaba de editar una nueva versión del De memoria de Aristóteles, y tiene un capítulo dedicado a la recepción de Aristóteles entre los árabes y mis héroes del siglo XIII (y él también reconoce que Alberto era el chiras pelas en eso de andar leyendo a Aristóteles).
Lo descubrí antes, pero Bloch refiere la traducción al inglés del De memoria de Alberto (¡vieran qué dificultoso fue para nosotros ese latín!)... y, bueno, eso excede el scopo de mi tesis que es el puro De homine... pero Bloch dice algo bonito que me llenó de emoción: quizás por la influencia de la Retórica ad Herenium (y el buen Tulio también), Beto tiene claro porqué nos interesan las species, intentiones e imagines:
Tha act of memory, according to Albert, consists in actively using the objects obtained from a previous sensation or perception in order to reconnect with the things that caused this sensation or perception.
Lo que interesa, a diferencia de Avicena y Averroes, es reconectarse con LA COSA, no con la intentio de la cosa... no sé ustedes, pero a mi me parece extraordinario. Está mucho más consciente que Brentano del quid del problema.
Bueno. Los dejo con este videíto. Hace algunas semanas al fin pude ver la película completa. Moría de ganas pues sólo conocía este video que es la escena final. Claro: si quieren evitarse el spoiler mejor miren la película primero, porque lo que tiene de magistral esa escena es que mete en el concierto la conclusión y el epílogo de toda la película. (De todos modos yo la vi primero y luego la peli, y no me spoilerió nada).
Por cierto, tiene una escena delirante: la esposa del director se dedica a "contratar" invitados para las fiestas de grandes capos de la mafia rusa (porque entre más invitados se tienen, más caché mafiosísitico). Están en una de las fiestas y se les prende el foco de cómo conseguir un patrocinador para que les pague los boletos a París, cuando comienza una balacera entre dos grupos rivales... ahí, entre la balacera, logran hacer la negociación. No sé... me dio mucha risa. Eso sí, amé a Tchaikovsky y fue con esta película que conocí el Concierto para Violín y Orquesta en Re mayor... me hice de la versión del viudo de Jaqueline Dupré (sí... Itzhak Perlman), pero la versión que les pongo aquí es encantadora. En fin... disfruten (y échenme porras...)
La esponjis quien,
valientemente,
enfrenta al „Barbarisch"
(y manda saludos al „Barbarischer",
y un abrazo)
PD: pasé por una horrible hora de procrastinación. Pero valió la pena. Aquí el resultado:
PD de la PD: la ventaja de los blogs es que uno comienza a consumir, de nuevo, pensamientos completos y abandona la pensadera rápida (análogo al McDonalds y esas cosas)... es una buena dietética del pensamiento.
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