27 marzo 2012

El Profe de Miranda!


Yo quiero hacerte las cosas más sucias
de modo elegante...


¡Que nadie se ponga el saco! ¿va? Bueno.

La serotonina como que ya se compuso y, prueba de ello es que el golpazo primaveral ha regresado a mis carnecitas. Eso es buen síntoma pero malísimo porque me distrae toda todita (¡yo! ¡que no necesito más distracciones!). Total que iTunes quién sabe cómo llegó a este disco: Sin Restricciones de Miranda!. Bueno, así se llama el grupo. Don era la canción famosa y por la cual compré el disco. Lo compré en una etapa muy feliz de mi vida. Acababa de irme a vivir sola con la Chupacabras a la Requena (famosa vecindad de la Doctores, frente a la Roma), en el departamento más chiquito que he vivido, pero hasta tapanco tenía y eso era muy emocionante. Era muy feliz con el Danilo y teníamos una relación muy motherna y opend mind. Y funcionaba bastante bien. Entonces mi papá me regaló un enorme rompecabezas de la Escuela de Atenas. Y recuerdo que pasaba las noches armándolo, luego de hacer la tarea de Griego (acababa de entrar a Clásicas), y me la pasaba oyendo el disquito.

Bueno, el caso es que, después de oírlo todo, me di cuenta que retrataba una relación desde su inicio hasta su final... una relación muy del tipo que, según yo, teníamos Daniel y yo, con todo y sus juegos. Y sólo dentro de ese contexto la canción que les voy a poner no suena tan absolutamente cerda, perversa y cochina como de hecho, sin contexto, suena.

Se llama El Profe. ¡Fíjense bien! Lo que está es narrándole una fantasía a su pareja, no es que quien canta sea en verdad el profesor de la escucha. Y bueno, pues yo que ando toda primaveral, me encontré la canción y, dadas las prisas académicas, lo único que puedo hacer es "sublimar" todo el ataque jacarandístico oyendo la cancioncita...

¡Ah sí! el epílogo: pues sí, mi relación con el Danilo se acabó igual que la última canción del disco. Pero bueno, Miranda! sacó más discos. Esperemos que pronto vuelva a sacar un exitazo... Les dejo el videíto y yo me regreso a Aristóteles. Naiden se ponga el saco que, últimadamente lo que pase en mi íntimo interior interius es algo que jamás sabrán... muajajajajaja!!!



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