21 septiembre 2012

Sueño

No he dormido. Mi prudencia está en ceros. Pero dejé conectado el piloto automático que dice: encerrarse en casa, dormir y no abrir la boca. Estoy escribiendo: algo falla con el piloto automático. 

No sé. Este estado es muy incómodo (y todavía tengo que ir a comprarles su atún a mis gatitos). Pero, con todo, estos estados tienen una lucidez extraña. Por ejemplo, ando toda culposa porque me pelié en TW (¿qué hacía yo en TW mientras trabajaba? Bueno, redacto "tuits" en "itañol" Y me harto y tuiteo.) Y luego vinieron dos o tres comentarios sobre la reforma laboral. Y mi gran amigo del alma echó un comentario al aire: que deberían desaparecer los derechos laborales a cambio de una gran seguridad social. Todo lo absurdo de ello (incluyendo lo de que es preferible un seguro de desempleo a seguridad laboral) se me hizo tan absurdo, que sólo alcancé a decirle que nuestra actual situación laboral patética (sin doctorado es imposible tener plaza de ningún tipo, y sólo es posible ser profesor por horas, y de eso no se puede vivir) es la consecuencia vital e inmediata de tal barbaridad. Ya no alcancé a argumentar (y es que eran demasiados pensamientos muy juntos en muy poco tiempo) que por más seguridad social y filas del paro (como le llaman en España) que hubiera, estaba proponiendo una situación absolutamente indigna y paupérrima para los trabajadores. Lo peor es que dijo que lo suyo sólo era un comentario. Y que porqué lo atacaba personalmente. Eso último es cierto: me valí de un recurso muy vil. Pero me dio mucha ira: ¿no ves que nuestra situación es angustiante porque a las universidades (incluída la UNAM) les sale más barato tener profesionistas muertos de hambre llenando sus horas, que pagar como dios manda? ¿Cómo van a tener profesores de calidad, si estamos recorriendo toda la ciudad para poder sobrevivir? Pero no le dije todo eso: sólo quería "ostenderlo" al decirle: ¿qué no ves tu propia situación? 

Por supuesto, mientras caminaba del trabajo a acá (mis presumidos 6 kilómetros según google maps) me di cuenta que mi ira era multifactorial. Pero no les recetaré mi psicoanálisis. Sólo les contaré que me dejo boquiabierta. Y un poco asustada. Pero también descubrí otra cosa. 

En estos días les he dicho mucho que el ser obsesivo es un estado que está fuera de la voluntad de uno. La incomprensión de los demás (a veces de otros obsesivos) proviene de no entender eso justamente. Y uno anda siempre todo avergonzado por no poder hacer las cosas racionales que se suponen que uno debe poder hacer. Sentí una gran liberación: soy obsesiva, no es mi culpa no poder "resolverlo" como se supone que debería hacerlo. Me explico. 

Cuando tenía como 7 años mi abuelita Berta, la mamá de mi papá, nos trajo a Aurora y a mi de Mérida a México. Creo que mi mamá tenía que irnos a recoger a la TAPO pero por alguna razón no nos podíamos comunicar con ella. Y yo me puse toda nerviosa y me preguntaba si le había pasado algo. Visto desde los 33 años, comprendo la desesperación de mi abuela cuando me regañó y me dijo "¡Eres muy aprehensiva! ¡Tu mamá está bien! ¡ya estate tranquila!" Pero yo no podía evitarlo y me sentía muy avergonzada de no poder ser "normal" como Aurora, que estaba de lo más tranquila, a pesar de ser más chiquita que yo (¡tenía 5 años!). 

Pero así soy: tremendista y obsesiva. Lástima que no había psicólogos infantiles... baratos (pues estábamos en plena crisis, y era más fundamental pagar la colegiatura de la Escuela Activa, además de otras muchas cosas)... (y creo que a nadie se le ocurrió que yo estaba medio loca). Pero digo, lástima que no había un hada madrina que bajara del cielo y les dijera a todos (y a mi también): "no es tu culpa: eres así, y se puede solucionar, pero hay método para eso..." Lo importante, obviamente es: "no es tu culpa, ni de nadie, y no está mal que seas como eres". 

"No está mal que seas como eres, ni tampoco es un gran problema". Eso es lo que me hubiera servido mucho escuchar. Entonces, quizás, como el mismo amigo me decía ayer, no sería tan rígida conmigo misma. Y ahora me digo: "No está mal que seas así. Así eres. Y puedes aprender a vivir con eso, pero tienes que aprender cómo. Y se puede aprender". Así de fácil. 

Parte de mis angustias eran: nunca habrá un hombre que me quiera, porque nunca seré complaciente, ni tierna ni cariñosa y, sobre todo, le voy a discutir todo, y lo voy a ver a los ojos hasta que me conteste. Bueno: asupongamos que así es (sí, a-supongamos). Pos que mi discutidera me sirva para algo. Para discutirme y no soltarme la mirada hasta que me conteste. Y encuentre el método. 

Y me iré a dormir. 

Y quiero mucho a mis amigos que me aguantan que esté medio loca. Y además de mi amigo (que apesar del conflicto tuitero, me acaba de contar un chiste), y mis pobres padres que me han padecido, quiero hoy recordar especialmente a mis objetos de amor bloguero: de diferentes formas el asesor y el demiurgo han padecido mi espantosa y horrorizante manera de ser. Pero no por eso me han retirado su amistad. 

Y ya. 

Gute Nacht. 
Boa noite. 

Yo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó su relato, espero que en sus tiempos más oscuros su ánimo de cuando en cuando, se ilumine depronto cual supernova.

Que bueno que conosca y reconosca sus mostruos internos, yo cual vil empresario negreo a los mios en el taller por que aveces me faltan manos a un costo casi regalado.

Por otro lado el comentario de su amigo me sacó una sonrisa amplia por que me recordó esa frase de Alfred (Batman the dark knight) cuando dice <> yo soy porsupuesto soy de ese club.

En ocaciones cuando suelto cosas así espero ansioso con mi cuenta bultos para ver cuantos caen en la red. Warum nicht? Recuerde lo que decía Saramago <>

Le mando un beso tremendísimo y obsesivísimo

Gut Schlafen mein lieb


M.

Anónimo dijo...

Fe de erratas:

Primer <<

- Some men just want to watch the world burn

Segundo <<

- Yo no escribo para agradar, ni para desagradar, sino para desasosegar

M.

Esponjita dijo...

¡ay señor! ya nomás apersónese...

beso