05 octubre 2012

Viajeros...

No sé. Tengo que trabajar de noche porque ahora pedí permiso para ir al taller de los antigüistas. Sí... Seamos menos dramáticos: no me va a quitar más de dos horas... si no he acabado es porque estuve intercambiando impresiones con Ely sobre el taller de hoy. Conocí a M. Z. y lo amé forever and ever aleluya aleluya... es, como dice Ely, un verdadero y absoluto caballero. Por la capacidad de trabajo y la enorme generosidad de su tiempo y espacio para con Ely y conmigo, me recordó mucho a Richard Taylor... pero con un modo de ser muy latinoamericano. No sabría expresarlo... con él hicimos un click que no pudimos hacer con los europeos, a pesar de ser ellos muy queridos...

Muy queridos: ese adjetivo tiene significados diferentes en colombiano y en mexicano. Curiosamente, a pesar de tener tantos amigos colombianos, al único que le he oído el adjetivo es al Asesor. Y me pareció curioso... ejem... y lo acabo de oír en una telenovela ("La Ruta Blanca"). Si un mexicano dice "El Asesor es muy querido" ser refiere a que lo quieren muchas personas. Si yo lo digo, se entiende que lo quiero mucho. Pero si él dice "Ellos son muy queridos" quiere decir que son gentes muy buena onda, muy simpáticas... muy queribles. Bueno: M. Z. es muy 'querido'... en colombiano y en mexicano. 

Ahora que lo escribo, descubro que parte de lo maravilloso de M. Z. es que vino luego luego a atendernos a los estudiantes, a convivir con nosotros y a aportarnos lo más posible. Es como una especie de espíritu social, de misión... 

Yo le platicaba a mi nuevo amiguito venezolano (quién nos acababa de poner al tanto de las cosas en Venezuela a Memo y a mi) sobre la situación en México. Le hablamos de Sicilia y Cuernavaca, de quienes eran los Z, de la sensación de que el país se va a disolver de pronto. Y le explicamos que por eso nos queremos ir: no sabemos cuánto resista todavía. Entonces M. Z., que nos escuchaba, nos dijo que él muy bien podría estar en Estados Unidos o Europa, pero que él no pertenecía ahí. Que él pertenecía a Brasil. Que uno debía quedarse a donde pertenece. Que sí, que Sao Paulo era peligrosa, como el DF, pero que esa no era razón para irse. Yo quería decirle ¿Pero no entiende usted que este país se va a desmoronar? ¿Los horrores que oímos, saber que la burbuja se va a reventar? Pero sólo alcance a decirle: es verdad... en Brasil hubo dictadura.

El coraje no me dio por mí. Entonces recordé que tengo una tesis que acabar, porque la fortuna tuvo a bien a traerme a este país a un extraordinario, generoso con su tiempo y sus recursos... muy querido...

Esponjita endémica de México

PD:
Había escrito un rollo sobre Marmodoro... una inglesa que habla sobre el sensus communis en Aristóteles, y cómo da a entender que los sensibilia communia son casi instrumenta... ¡ok! ¡no lo dice así pero a eso me sonó y me quise morir!. Pero luego de escribir descubrí que estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua... ¡en un dedal de agua! y oculté el texto. Pero ya, esa tesis ya está... ya mero, ya mero, ya mero... ad infinitum... 

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