Una de las materias que doy en la prepa es "Pensamiento Filosófico Mexicano". Estoy aprendiendo mucho. Justo ahora estamos viendo a Vasconcelos, y hace algunas semanas vimos generalidades sobre Justo Sierra y el proyecto educativo mexicano. Por un lado Vasconcelos es continuador del proyecto educativo de Justo Sierra. Por el otro, uno de aquellos que inventa el tema del "Mexicano" como objeto filosófico. Leo la "Raza Cósmica" y todo aquél revoltijo entre nacionalista y asimilador.
No diré mucho más al respecto: hoy es mi día de "no prepa". Pero quería compartirles lo extraño que es leer sobre aquella enorme cruzada de Justo Sierra y Vasconcelos. Recordar el lema de mi Escuela Nacional Preparatoria "Amor, Orden y Progreso", y ver a los niñitos junto a sus mamás subiéndose al microbús. Pensar que si hay algo similar a una Identidad Nacional eso es obra de aquellos filósofos líricos, abogados y fuertemente impresionables.
Es extraño ahora que Elba Esther Gordillo está presa, y que en su último discurso –donde se aprecia que sabe perfectamente que algo le va a pasar– dice que ella sólo tiene un gran amor de maestra. Esa frase, quizás hecha de pura retórica, tiene un poder enorme.
Me imagino a los maestros y maestras de México como los zarcillos de una enorme enredadera cuyo papel es unir los dispersos pedazos que era esta nación. Se aprietan contra sus piedras con amor de maestra y forman un muro.
Si la gente rebelde quiso renombrar el Auditorio como Che Guevara, si la gente celebra el Quinazo contra Elba Esther, si nadie se sabe el lema completo de la UNAM... ¿de quién es la culpa? La enredadera aprieta, con amor de maestra, y la amnesia es su único fruto.
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