27 marzo 2013

Doktorvater

Después de haberme estado lamentando durante muchos meses por aquello de la soledá, y de no tener novio (¡y no se diga marido!), y de suspirar frente a los aparadores viendo vestidos de novia, merengosos y llenos de holanes y reholanes y (sin holanes no me interesan), surgió esta misteriosa oportunidad de irse a aprender árabe a "Muy muy lejano", y, ante la ocurrencia, la única preocupación fue saber dónde acomodar a los gatitos, los cuales recibieron promesa de hogar ya. Y sí, un poco me sentí como Donald en esta caricatura:



Ya averiguaremos qué ocurre. Mientras tanto sacaremos a Abelardo de la tesis (ansina dijo nuestro Doktorvater) y acabaremos con lo empezado. Y tomaremos la máxima de Jorge Morales como principio universal de conducta: Las tesis no se terminan, se abandonan. Por otra parte escucharemos diario un ratito la BBC de Londres, trataremos de superar lo del listening, y procuraremos escribir todos los días un poquito en inglés para forzarnos a pensar estructuras correctas y, cada vez, más complicadas. Y ya veremos qué ocurre... 

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