10 abril 2013

Bilirrubina

No sé si es que estoy más tranquila, o menos loca, o menos urgida, o más vieja, o... o nomás se me bajó la bilirrubina.

Ya no estoy en el mood que Paco llamaba ¡Golondrinas! (la anécdota no viene a cuento, pero a causa de ello me ponía yo a gritar ¡miren! ¡miren! ¡Golondrinas!), pero estoy en mood...

A veces me pregunto si me volveré a enamorar de la misma enloquecida manera. Espero que no de él, porque él es harina de otro costal (simple y llanamente por eso deseo que no se repita, pero no porque no haya sido lo más extraordinario de estos últimos años nuevos). A veces espero que no, nomás por guardar la ataraxia cerquita del corazón. Pero a veces espero que sí, porque entonces, aunque dolorosa, me conflagro toda. Y a veces no pienso nada, y disfruto mucho lo que es él, y queda claro que queda mucho, no sé qué, pero es mío.

Y ahora, querido público, me voy a diseñar unos exámenes, y que la Divina Fortuna no nos agarre en curva.

Amores a todos...

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