20 abril 2013

El cuento de Vasili

Vasili Grosscat me mira desde el piso.
Hace mucho calor y está echado de panza para aminorar el sopor. Se estira y me dice que juguemos a que él es el tapete. ¿cómo que el tapete? le digo. ¡Sí, el tapete! Como en las películas donde hay un gran tapete en forma de gatote negro... ¡un gato negro! ¡como yo! –se señala orgulloso... como sea que pueda señalarse a sí mismo un gato.
–¡Ay no! yo no quiero jugar a eso contigo. Es como jugar a que fueras puro pellejo, porque ¿sabes que eso son esos tapetes? ¡El pellejo de las panteras!
–¿De las pante... pante... ¿qué?
–¡Panteras! Son los gatotes negros esos que viste en las películas. No son "gatotes", son otra especie... panteras...
–¡Pero se parecía mucho a mi!
–¿Has visto los orangutanes, y los simios, y los monos?
–¿Esos humanos peludos? ¡ah! ¡o los que tiene colas! ¡o esos más chistosos con unas pompas rojas grandotas!
–¡No son humanos! y así tampoco las panteras no son gatos.
–¡Ah! ¡no son gatos! Con razón a ellos sí los cazan y usan sus pellejos de tapete ¿verdad?

Lo miro triste. No sé qué contestarle. Pero él me dice:

–¿De qué te preocupas? Las panteras cazan humanos también ¿no?
–Con mucho menos éxito... y... y pues sí... pero las panteras no usan el pellejo de los humanos como tapetes.
–¡Porque son muy feos! jajaja... ¿quién querría tener un pellejo de humano de tapete? Ustedes usan de tapetes a las panteras porque nuestros pelajes son hermosos... Anda, vamos a jugar, ¡es un juego!
–¿y a qué jugamos?
–Pues a eso: tú eras una gran cazadora de panteras y me habías cazado en la selva. Y luego pues tenías un tapete de pantera, que era yo. Y yo estaba de tapete y tu de cazadora.
–Bueno ¿y cómo jugamos a eso?
–Así: yo estoy siendo tapete. Tú sé cazadora.
–Bueno...

Y él se queda dormido, y yo guardo silencio porque es más fácil jugar a ser tapete que a cazar... no sé cómo...

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