30 agosto 2013

Seamus Heaney

Se murió un poeta, premio Nobel, al cual no conocía.
Entonces uno descubre que la muerte del poeta tiene un fin pedagógico: incluso el más soez e inculto de los hombres se enterará de su existencia. Y entonces sí, lo imperdonable es no echarle un vistazo. Así me pasó con Ryszard Kapuściński (cuyo nombre soy incapaz de escribir de un tirón, sin consultar el Google, mientras que él hablaba español con fluidez). Así me ha pasado con muchos otros. Y por ello no me avergüenzo, o quizás un poco sí, pero no tanto.

Y hoy se murió Seamus Heaney. Y me dio tristeza porque muchos amigos míos poetas lo sintieron mucho. Y me dio, primero, miedo de abrir sus poemas: porque la poesía es el nivel más dificultoso de cualquier lengua. ¿Y si no entendía nada? ¿no me daba pavor verme enjaulada para siempre dentro del mundo configurado por el castellano?

Veamos uno pequeño, dije. O no dije, simplemente mis ojos se detenían en el poema más pequeño que pudieron encontrar. Dos versos. No entendía nada. Se me fue el alma a los pies. Vamos, pensé, para eso están los diccionarios. Pero no me decían nada tampoco.

¿Qué es "serbal"? y ¿aliso? Ahora resulta que no sé ni español. Hube de entrar a la RAE quién explicó el misterio: es un árbol. Y yo conozco muy, muy poquitos árboles. El serbal es uno, el aliso otro. Y las immortelles no son las siemprevivias como yo creí. A esas sí las conozco, y también a las verdaderas immortelles que en español se llaman "flor de papel". En fin. Debo reconocer que tuve qué buscar otras palabras, como pitch. Y ya al fin pude leer el poema, aunque aún no me atrevo a traducirlo. De todos modos, si algún día escribo aquél paper imaginario sobre cómo la distancia afecta la percepción según los filósofos antiguos, pues ya tengo epígrafe.

Les traigo fotografías de todas las plantas que salen en el poema. Me gustaría ir a ver los árboles y decir: sí, así son. Pero lo que sí puedo traerles es la sonoridad de las palabras en la voz de poeta. En eso, esta época es privilegiada.

Song

A rowan like a lipsticked girl. 
Between the by-road and the main road 
Alder trees at a wet and dripping distance 
Stand off among the rushes. 

There are the mud-flowers of dialect 
And the immortelles of perfect pitch 
And that moment when the bird sings very close 
To the music of what happens.

—Seamus Heaney.


Aquí pueden escuchar el poema:


Imágenes para agarrarle la onda al poema:

Este es el que la RAE llama Serbal y que en inglés es el famoso Rowan tree. Su chiste parecen ser las frutitas de rojo intenso. Es decorativo y lo suelen plantar en muchos jardines. Y no, obviamente no parece darse aquí en estas tierras americanas y tropicales. 

Y éste es el Aliso, o Alder tree. Y no, tampoco hay por acá. Por eso pues no supe qué demonios era un "Aliso". 
Y estos son los rushes o los juncos que yo, personalmente, recuerdo vagamente haber visto una vez en Xochimilco, pero sólo los conozco gracias a la televisión. 

Y estas son las que yo conozco como flor de papel porque ¡pues eso parecen! Pero no, allá les dicen immortelles porque no se marchitan sino que se "papelifican". 

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