06 septiembre 2013

Ave Fénix (Versión final finalísima)

¡Albricias! se consiguió la unidad. El otro parecía más bien mi tesis de maestría. Y sí, quedó tan chiquito que legítimamente se puede poner en duda que sea el mismo poema que el de ayer. La idea, la imagen es una sola: soy un ser trasparente. Y sí, la calentura y todo lo demás. Pero la calentura no pude escribirla. Tampoco todas las angustias del deseo que, como mosca, repetidamente se golpea contra la ventana. No. Sólo el "reclamo". Un reclamo que tampoco es tal... es más bien un ¡ay! por cada golpe contra la realidad. Whatever, dejemos la poesía un rato porque, como dije por allá en los tuíters: voy a acabar pateando en vez de amando a mi amado muso. Tengo, en realidad, mucho trabajo de otras índoles. Y además, mis tallereadores me recomendaron mucha poesía en inglés, y pues obedientemente tengo que ponerme a leer. En fin: los quiero (casi tanto como a los tuiterillos, pero no exageremos):

La esponjis.


***

AVE FÉNIX

Debe ser todo un espectáculo mirarme enamorada.

No sólo se ve a través mis ojos:
toda yo soy una pecera traslúcida.
Basta que te acerques,
que roces sin querer mi mano,
y helo ahí:
minúsculos pececitos en llamas,
vórtices ígneos y reacciones en cadena
vaporizando la estructura básica de mi pose.

Y tú
–que eres puros ojos–
conoces bien el mecanismo:
jalas la palanca ésa, luego aprietas el botón aquél,
y logras que se abra la claraboya de mi sonrisa idiota.

(Te solazas, divinidad,

de ser causa de las llamas que contemplas).



de: Esponjita
para: Valerio.

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