(con esta canción escribí el capítulo de Avicena)
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"¿qué hacemos con Avicena? ¿lo tiramos a la basura?"
(Tarde de Jacarandas)
Unos ojos cafés, declaran: "yo de Avicena no sé", y animados de chispas verdes, preguntan:
"¿se queda en Avicena? o..."
... puntos ... suspensivos ... puntos ... suspensivos ... puntos ...
70 cuartillas, de las cuales 40 corresponden a la discusión entre Kaukua, Hasse y Black, una solución propia. 30 cuartillas de introducción y antecedentes de Avicena. Además la traducción del las partes 1, 2, y 4 del Liber de Anima. Más que suficiente para titularse... más que suficiente para titularse...
Respuesta: "Seguimos adelante"
(los puntos suspensivos se llaman ALBERT DER GROßE)
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¿Cómo volver? ¿Cómo transformar SETENTA CUARTILLAS –empapadas de la sangre que escurrió cuando un latigazo directo al corazón me lanzó, de noche, hacia Puebla de los Ángeles– una sección, un subíndice pequeño y no la más importante sección?
¿Cómo hacer las Retractaciones cuando faltan 5 para las doce?
Avicena fue todos los ritos de iniciación...
Releerse, reescribirse, exprimir hasta la última gota de los carámbanos coagulados que penden de sus notas a pie... pulir, pulir, pulir, hasta que todo brille, impecable, como si fuera tan fácil, es necesario borrar las huellas del anecdotario... borrar los ojos cafés animados con chispas verdes, el hundirse durante meses, como la cigarra, muerta de miedo. Nada, nada de eso: esto debe parecer ligero como el baile, ¿a quién le importa bailarina? Brinca la bailarina como si fuera pura alma... baila, baila, baila... que no se vean nervios, carnes y huesos ... sólo el brinco...
...puntos ... puntos ... puntos ... puntos .... puntos...
ya no hay tiempo para suspensos ni suspensiones
ni suspiros
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(no me arrepiento)
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