Rosario Robles escribió esto en su columna del sábado en el Milenio:
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Y yo respondí en la sección de comentarios. Ya iban en el doscientosquiénsabequé y dudo mucho que alguien lea mi respuesta allá. Sin embargo me animé a contestar porque apareció un tal "Salinas_Risitas" que habilidosísimamente respondía a los cotidianos insultadores que suelen comentar, en Milenio, los artículos de Rosario Robles. Sospecho que Risitas es ella misma, justamente porque es demasiado hábil y conoce bien el tema. Bueno, esa es la anécdota.
El caso es que es evidente que el artículo pretende ganarle puntos al PRI vs. la guerra contra el narco del PAN. En cierto sentido reclama a los jóvenes no haberse levantado del mismo modo cuando lo ocurrido en Villas de Salvarcar y, finalmente, por los 60 mil muertos. Y tiene razón. Es más: bien analizado el movimiento #132 surgió por el infundio que el equipo de campaña de EPN hizo contra los estudiantes, no por Atenco. Claro, Rosario no le resta por ello valor al movimiento y, de hecho, su valor y su poder lo pondera para demostrar lo que quiere: que no importa que gane el PRI porque el autoritarismo no va a regresar; los chavos del #132 son la prueba de que México no perderá lo que ha ganado en democracia en los últimos años. Más abajo digo porqué esa me parece una mala argumentación.
En todo caso no hay que olvidar que hay un gran movimiento contra la violencia: el de Javier Sicilia. Y que lo que de apartidista tiene el movimiento #132, a pesar de estar un poquitín descabezado, bebe mucho de los movimientos anteriores: la profunda desconfianza a la clase política en general.
El silencio de AMLO ante muchos movimientos sociales (Atenco, APPO), su sumamente ambigua postura sobre el tema de la violencia, el silencio de Carmen Aristegui, aquella mañana de la Ibero, sobre Atenco, hacen claro que el reclamo central de la sociedad no les importa un pito a ninguno de los tres candidatos. Incluso entre quienes apoyan a AMLO, el odio contra el PAN está nutrido de la violencia de los 60 mil muertos, pero eso no ha hecho que AMLO diga nada contundente... la desconfianza, pues, está perfectamente fundada.
En el fondo creo que la única solución a lo que ocurre en este país está en que la sociedad civil comience a politizarse realmente. Ése es el problema del Movimiento #132: son una masa despolitizada que tuvo una gran capacidad de reacción, pero que mientras no fije objetivos claros y de largo alcance, está condenada a perecer pronto. Lo que debería exigirse, pues, es más control sobre la clase política: la añorada reforma política que fue detenida justamente el PRI (y en menor medida el PRD). Ahí deberían unirse todas las voces, todas las marchas y toda la presión: reforma política.
Empero, por ahora lo urgente no está dejando tiempo para lo importante (cf. Mafalda). Y mis amigos tienen razón: hay que evitar a toda costa que el PRI llegue a los Pinos. No sabemos qué va a ocurrir si gente como Codwell, que no dudó en llamar pseudoestudiantes a los chicos de la Ibero y que pretendió mandarlos a investigar, lleguen al poder...
En fin. Pues publico aquí mi respuesta nomás para que quede en algún lado.
Cheers...
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El artículo de Rosario Robles está hecho, sospecho, por la misma habilidosa pluma detrás de Risitas (¡por el amor de Dios! ¡ni el idiota de Ciro, ni de Marín son la cuarta parte de inteligentes!), pero a diferencia de la aguda diatriba, el artículo es deliberadamente ambiguo.
El mensaje, a pesar de ello, es claro: "no tengan miedo de que el regreso del PRI sea el regreso del autoritarismo, porque ya existe una estructura democrática sólida y la prueba es el poder que tuvo el movimiento". Aquí el argumento se hubiera hecho más fuerte si hubiera dicho "a pesar de la pésima reacción del equipo de campaña priísta que acudió a los mismos argumentos que despertaron la indignación en Villas de Salvarcar: desprestigiar a los indignados", pero obviamente no le conviene resaltar cuál fue el detonante de la protesta.
De todas formas el mensaje es claro: no importa que el PRI tenga tendencias autoritaristas, la democracia mexicana, aunque ganara el PRI, ya es invulnerable a ellas.
Sin embargo, a pesar de que estos jóvenes no se levantaron ni por Villas de Salvarcar ni por Atenco (y a pesar de ser esta última una de las causas de toda esta historia) sino por el infundio de Codwell contra ellos, lo cierto es que el miedo bien fundado a las prácticas priístas está perfectamente ejemplificado en Atenco y la respuesta de Peña Nieto sobre su asunción de la responsabilidad sobre aquello: hubo represión violenta y costó vidas. El infundio de Codwell (que parece no haber aprendido la lección que, evidentemente Calderón sí aprendió) es lo que detonó la ira y, sobre todo, el miedo.
En ese último sentido sí me parece tristísimo usar una preclara inteligencia para defender lo indefendible; la ambigüedad y la pobre fuerza argumental del artículo lo demuestran, justamente, porque está escrito por alguien inteligente.
Dudo mucho que la decisión de cambio de partido de R.R. tenga motivos 'egoístas' o exclusivamente personales; sin embargo, si acaso hay una razón pragmática (en sentido político, no personal), me está velada totalmente (y esa es mi culpa, no digo que sean inconfesables sus razones). Pero es evidente que, sea lo que se encuentre detrás de ello, está matizado por un enorme resentimiento, y la cereza del pastel de ello es el ataque misógino y vulgar del que siempre ha sido objeto.
Pero misóginos hay en el PRI también, y si les llamaron a los estudiantes de la Ibero acarreados y porros ¿no dudarán en llamarle puta a cualquier mujer, siempre y cuando sea una herramienta para atacar ad hominem al adversario? ¿Qué verdaderas razones hay para que votar por el PRI sea una buena opción? ¿que excluirán "puta" del diccionario? ¿lo harán de veras?
¿Qué razones prácticas, fundadas, reales, hay para votar por el PRI, más allá de la tremenda ira contra quienes fueron tramposos y vulgares en otros tiempos contra una persona? ¿hay alguna verdadera razón más allá de la "solidaridad de género"?
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