¿Tuvo usted, querido lector, a algún amigo alguna vez por causa de quien lo hayan castigado a usted? Sí, usted sabe, de esos que se van de pinta, jalan las trenzas a las niñas, ponen alfileres en las sillas, de esos globos que se pedorrean, o le embarran en el pelo plastilina -y eso cuando no llegan al chicle o a sustancias más nocivas-
Sí, usted sabe querido lector, de esos que sienten una secreta victoria por humillar al prójimo, por vengarse ¡vaya usted a saber de qué cosa exactamente!... de esos, que encima de todo, lanzan la piedra y esconden la mano...
Y luego resulta que los descubre la maestra... y como uno es el "amigo"... ¡zaz! el castigo va para todos parejo. De pronto uno se entera que tiene una pésima fama... y pésima, digo yo, porque ni siquiera es uno tachado de perverso, sino de perverso sin imaginación: secuáz patético de una mente tan perversa como brillante.
Y acaba uno todo opaco, gris, cenizo y encima de todo malo, pues de todos modos quiere mucho a su amiguito... pero es caro tener esas querencias...
Uno en la primaria pone la ley del hielo a su amigo: total, uno cuenta con la ventaja de tener una memoria de niño de nueve años, y sabe que a los tres días (una eternidad infantil) todo volverá a la normalidad.
Pero cuando uno ya no tiene nueve, sino nueve por tres años, las cosas son un poco más tortuosas, lo que se pierde es más caro (caro de querido: no sólo de costoso, aunque también), la ley del hielo puede durar para toda la vida, la fama ya no significa un reporte a la dirección sino haber perdido todo el honor... y perder al amigo es perder al amor de toda la vida.
Todo por una estúpida travesura, digna de niño de nueve años.
Pero lo peor no es eso: ¡qué hagan todos de su vida un papalote! ¡cada hombre es libre de hacer de su culo un cucurucho! ¡ya están todos grandecitos como para defenderse! ¡no va a venir miss Gaby a decirle a uno no... lo peor no es eso.
Lo peor es que es en estas situaciones cuando uno descubre la mucha, poca o regular estima en la que lo tienen los demás. Descubre que a uno lo saludaban por el apellido y no por el nombre, que uno es conocido por ser "algo del otro", que uno es visto como alguien simpático que puede perder toda su gracia si el otro cae en desgracia...
Y uno no sabe qué hacer...
¿le ha pasado algo similar, querido lector?
Cuide mucho con quien se relaciona, cuide a sus amistades, pero sobre todo cuídese de ellas...
8 comentarios:
Estimada señora de...
Me resulta particularmente extraño su escrito. En fin. No se deje embarrar de plastilina...
Estimada señora de...
Me resulta particularmente extraño su escrito. En fin. No se deje embarrar de plastilina...
Alguna vez me pasó algo parecido, pedí consejo y solo me dijeron: "no hagas nada, deja que todo pase; el tiempo acomodará todo en su lugar"
Y resultó, claro, no sin un largo e hiriente desierto de por medio
pregunta paranoica: ¿qué me sabes algo o por qué escribes eso eh? jeje...
Usté tranquila. Quienes no ven lo valiosos, simpáticos, inteligentes y demás gracias que somos, stán ciegos.
Y por cierto, esa expresión "un largo e hiriente desierto" del SEÑOR CHIQUITO está de luuuuujo...
Yo también estoy en un largo e hiriente desierto...
Besos
Nota Bene: Te dejé bonito comento en el post anterior.
Hola, soy aquél jovenazo que anda leyendo a Ockham para su tésis. No tengo la menor idea de dónde anoté tu correo, por lo que estaría bueno que me escribieras tú pa tenerlo; he aquí el mio: omarintintin@ jot o gmail, el que gustes. Besos.
esponjis esponjis:
me gusto mucho tu escrito, me recuerda mucho cosas que me han pasado. Es cierto cuando uno ya esta mas grande hacer la ley de hielo puede durar toda la vida y eso de pedir disculpas puede pasar de ser, una simple palabra como en la primaria, a todo un martirio de orgullos. Así me ha tocado perder a varios pero ciertamente es como perder un amor, uno se acuerda toda la vida. Quizas deberiamso de tener esa moral tan simple de los niños , creo que en el fondo es mas sana, que nosotros somo los que nos complicamos a nosotros mismos. que le hacemos.
muchos abrazos ybesos
fru fru fru: ya ni la burla perdona... en fin... jejeje.. saludos muchos y besos.
señor chiquito: concuerdo con el search, eso del largo e hiriente desierto es la neta.
Sergio: pos la neta tienes razón ¡qué se pudran los ciegos que no nos ven!
omartintin: pos ya le mandé el correo, a ver si lo recibe pronto. Empecemos con las clases de latín:
rosa, rosae, rosa, rosam, rosa, rosa...
Janik: A ver si no está mal lo que diré, pero a ver: el fondo del Zaratustra es ese, dejar de cargar esos cadáveres y darse la ley del hielo sin tanto miendo. De todos modos, si a alguién se le hace muy ofensivo que diga tal simpleza de Nietzsche, dire que la Fenomenología del Espíritu, en la sección Autoconciencia se reduce a:
el valiente vive hasta que el cobarde quiere...
¡y a ver a cómo nos toca! (exabrupto descontextualizado... bbruuupp!)
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