Escuela Activa de Violeta Selem

ACTUALIZACIÓN: ENCONTRÉ A MI ALMA GEMELA... LÉALA AQUÍ... JAJAJAJAJAJA SOBRE TODO AQUELLO DE LOS CUENTOS Y LA VENGANZA CONTRA LOS NIÑOS...Y ESTUDIÓ FILOSOFÍA...

Lo que sigue es una amarga queja contra la Escuela Activa de Violeta Selem. Pero sería muy injusta si antes no les dijera lo bueno que saqué de ahí. Como cualquier resentimiento infantil, está lleno de contradicciones. Pero algo es verdad: si terminé en Filosofía, aprendiendo Griego y amando los medievales, a Heródoto y Schopenhauer, es porque pasé por sus pequeñas aulas de piedra roja. Dice el libro sobre la Escuela Activa escrito por Enrique Vázquez Herrera (algo así como el director consorte):

En este ambiente democrático los maestros pueden encauzar las actividades hacia resultados educativos, siempre con la participación del educando. Esta, que es otra técnica propia de la escuela, sirve para que el niño aprenda a exigir el cumplimiento de derechos, a defenderse de las injusticias, a responder de sus actos, a saber discutir y aceptar la crítica, y en fin, a ser cooperador responsable de sus actos y vigilante de los actos de los demás.

Liberalismo puro, prístino... Rousseau y Montainge en pleno uso de sus facultades. Ideales que al otro único estudiante de filosofía que me he encontrado como egresado de sus aulas, lo tenía absoluamente convencido. Y sin embargo, por más imposible de realizar, fue un experimento que acabó asemejándose a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM: con sus fobias y sus prejuicios disfrazados de puro ejercicio racional. Si la Fac. le tiene terror a la Iglesia y a la derecha, la Activa tenía anatemizadas a las escuelas de "educación tradicional". Luego uno sale de la UNAM y descubre que no hay más fina filosofía que la cristiana medieval... sale de la Activa y se encuentra al espíritu más rebelde y creativo como un egresado de una colegio lasallista...

Cuando veo los carteles pegados en las paredes de Filosofía, me imagino el periódico mural de la Escuela Activa. Cuando entraba a las asambleas de CGH, recordaba que las asambleas de la Escuela Activa tenían varios niveles más de madurez. Cuando leo lo perversa de la naturaleza humana y veo la corrupción de la universidad... me acuerdo de mis compañeros, de los prístinos ideales de Freinet... y comprendo cuanta razón tuvo León Felipe y sus mil años de historia...

Pero algo de ese experimento humanista se me pegó. Algo de eso tengo que agradecer... a pesar de todo lo amargo...

Los odio como no tienen una idea.
Los aborrezco. Aunque pocas, hay noches en las que paso imaginándome torturas infinitas contra Vidalea y Tarik. Sin embargo le guardo más resentimiento a las niñas que a los niños. Los niños se limitaban a insultarme, a decirme que infectaba, a decirme boca de excusado... pero las niñas.... ¡ah seres perversos! me encerraban en el laboratorio Daniela, Vidalea y Paulina...
¡Como los odié!. Aún los más inteligentes y maduros, como la dulce Laura M. que siempre fue ecuánime y centrada, aceptaba el mandato del grupo en contra mía. Hicieron una gran coreografía... les dijeron que si no me incluían no podrían presentarla: prefirieron no hacerlo.

Admito que no era una niña normal. De todos modos, siempre tendré la duda de qué era lo que me hacía tan despreciable. No había niña ni niño que me aceptara como amigo... bueno. Aquí mentí. Tenía un amigo y se llamaba Juan Cristobal. Nació en Chile. Tenía la imaginación más extraordinaria del mundo y, como toda persona fina, tenía afición por los medievales.
Tuve otra amiga, pero ella duró muy poco en la Activa. Se llamaba Berenice. De ella, Pili, nuestra maestra de cuarto año, decía que era la niña más femenina del mundo. Georgina era también mi amiga. Ella lograba un especial equilibrio, porque era amiga de todos los malvados y mi amiga también. Sinceramente y no por ser políticamente correcta como Laura. Pero fuera de Juan Cristobal, de Berenice y Georgina... (y otros dos niños que pasaron rápido por las aulas de la Escuela Activa, para su gran suerte), a todos los demás les guardo un profundo resentimiento.

Nunca me quedará claro qué fue lo que me hizo permanecer cinco años ahí. Cinco años en una escuela que exalta, por sobre todas las cosas la "democracia", hizo que yo, ser odiado por la mayoría, fuera objeto de todas las malas cosas que le pasan a las minorías... y es que mi minoría era integrada por mí nada más... ¡ja!.

Pero apareció el Hi5... y me aficioné a él. Y encontré a Tarik y a Vidalea... y le puché "amigo". Creo que mi odio pueril debe ser vencido alguna vez. Si los odié, también los amé... Pero hay algo más importante que todo aquél padecimiento infantil...

Cuando comencé a preguntarme por esas cosas de la democracia y la política al entrar a filosofía, decidí que, pese a todo, la democracia era una buena forma de gobierno. Las minorías sólo tenemos a la justicia, hecha exprofeso para ello, para defendernos de la mezquindad de la mayoría. En la primaria, los ministros de justicia son los maestros, y mal o bien siempre protegieron al débil de la injusticia.

Por otro lado siempre me aterrorizó que Daniela o Vidalea fueran Tiranas en el grupo, pues entonces yo habría sido condenada a espantosas torturas. Pero no, la asamblea popular del grupo no podía hacer contra mí nada que excediera la exclusión. Los actos perversos contra mí, -como desaparecerme (jijos de su mal dormir) los libros de texto, o encerrarme en el laboratorio- no podían hacerse a la luz del día, pues había siempre una culpa y un maestro en mi defensa: siempre la culpable conciencia de Laura me protegería.

Y sí: dentro de sus aulas mi vida sería por siempre miserable, hasta que Rosa María, la maestra de quinto grado, les preguntara del por qué de tal exclusión... No sé qué fue, pero algo cambió en aquél momento. Me volví un tema como "no le digas que infecta, llámala por su nombre, dile paloma" y durante unos meses mi grupo me quiso. Aprendí, antes de entenderlos, tales hipócritas pero muy necesarios procesos democráticos. Y como no había otra "paloma" para hacer conciencia de clase y la revolución, pues me tuve que conformar así.

A veces pienso que hubiera sido mejor para todos que me hubieran sacado pronto de ese maldito infierno... pero luego recuerdo las cosas buenas de la Escuela Activa. Me cuesta trabajo acordarme, es verdad, pero la fortísima educación humanista de la Activa tuvo sus aciertos que realmente agradezco... Sin embargo, cuando voy a mi casa desde el Metro Portales, tengo que pasar por Emilio Carranza y Tlalpan. Si uno sigue hacia el oriente sobre E.C. llega media veinte minutos después a la Activa... por eso siempre procuro llegar por Nativitas a mi casa....


Algo más aprendí: no puedo pasar los siguentes años de mi vida retorciendome de rencor por lo que pasó durante cinco miserables años... aun si fueron los de mi infancia, los de la crisis, lo del temblor...

Así que le pediré a Vidalea y a Tarik que se unan a mi Hi5... si no para ser madura y perdonar, si por lo menos por puro morbo.

Una esponja pueril pueril pueril

PD: En esa foto está Violeta Selem con alguna futura generación de niñitos... Sí, en alguno de esos salones tomé clase...

PD 2: Creámosle a Marx y a Althusser por un momento, sólo para que yo me desahogue, y digamos así las cosas: la maldita escuela activa tiene una ideología que encubre modelos de explotación. Las niñas que eran mis amigas eran la Gorda y la Pobre... ¿?. Pero bueno... en lo general, si leen el libro que está en esta dirección, podré decirles que estoy de acuerdo con todo lo que dice ahí: sí, por puro circulus in probando.

PD3: dice: "Una escuela a la que los niños quisieran acudir con alegría: ésta fue la idea que generó en 1963 la Escuela Activa."... no, no era mi caso... aunque algo disfruté. Pero es mi caso. Mi hermana fue tan feliz, que hasta hizo un poema.

PD4: Eso sí, uno aprende a pensar ahí... Por eso, con un poco de interrogación me pregunto ¿por qué nadie de mi generación acabó en la facultad de filosofía y letras? porque de la generación de mi hermana (una buena generación) sí hay mucha gente en filosofía y letras... La culpa no era de violeta, no. era de Vidalea....

PD5: Dice en aquélla dirección: Pueden mencionarse, entre otros, el respeto a la personalidad del niño, el derecho a su determinación, el reconocimiento a su derecho a la libertad racional y constructiva y, muy especialmente, la conciencia inequívoca de que el niño no es ni debería ser jamás un adulto minimizado, sino una criatura profundamente sensible, infinitamente matizada e incomparablemente abierta a la creatividad, a la investigación, a la curiosidad, a la movilidad, a la fantasía y también -¿por qué no?- a las formas naturales de rebeldía contra aquello que lo lesione, subestime o destruya su naturaleza. digan queridos lectores... ¿no es acaso, la facultad de filosofía y letras una especie de Escuela Activa? ¡ja! pero sin Vidalea.