Apuesto a que es Sagitario

Superé mi enamoramiento aquél de hace algunos meses. 

Lo dicho: era una cosa mezclada entre idealización y trasferencia.

Ante mi, pues, lo que suponía: sencilla y cálida animula blandula. 

Es querible hasta la exageración. 

Sigue la quiniela. ¿Qué signo será? Ha de ser Sagitario o Capricornio... la quiniela sigue abierta.

En otras cosas.

Hoy la vida comenzó a caminar. 

Yo, la escéptica tan escéptica que soy solipsista, le prometí a san Juditas un kilo de arroz y otro de frijol para la Iglesia de San Hipólito durante un año. Hasta que lo hice y le prendí una velita, pude sentarme a trabajar. Hoy hablaron de nuevo sobre la akrasia, y si se puede vivir sin creencias. Hoy me dí cuenta de que no, aunque nadie exige coherencia entre ellas. ¡¡viva Hume!!

Mi abuelita Aurora nos leía el I Ching cuando estábamos sumidos en un problema. Llegábamos, el contábamos, nos daba consejos, los replicábamos, planteábamos todas las situaciones, y, a punto del llanto, nos tomaba del hombro y decía "Pues te voy a leer el I Ching". Y el 99% de las veces el I Ching decía: "Firme y Correcto". 

Hoy le conté a mi asesor que Pepe, quien me va a dar clases sobre las Categorías de Aristóteles, fue mi compañero de generación en la licenciatura. No le salían las cuentas, hasta que le dije que yo era generación 98. Un poco en broma me preguntó que qué había hecho todos esos años. Por más que yo sabía que era medio en broma, una pesada sombra cayó sobre mí y le contesté como desde el banquillo de acusados. Unas de las cosas duras del despertar radica en verse uno mismo ante el espejo y descubrir que el mundo siguió rodando sin uno. 

La semana pasada ví a Pepe en el estacionamiento del Instituto. ¡Qué delgado se veía!. Se me paró el corazón, mis terrores se confirmaron: él era, no otro. Él, a quién la última vez que ví fue cuando yo entré a Clásicas y él se iba a Europa. La primera vez que oí el nombre de mi asesor fue en boca de él. Entonces no imaginaba estar acá (ni tampoco tenía idea de quien era Salles).

La paradoja es poderosa. Además del cogito ergo sum, es el otro lugar donde la proposición se encarna, con uñas y dientes, en la sensibilidad. Ejemplo. Léa con cuidado la oración que escribiré abajo. Después, cuando 'sienta algo', trate de explicar qué sintió, y dónde le dieron las cosquillas:

ESTA ORACIÓN ES FALSA

¡Viva Sexto Empírico!

Éste es el primer post que escribo desde mi Mac. Huele igual a la Macintosh Classic que mi mamá compró en los ochentas y que usamos hasta que se le fundió la pantalla. Nunca había firmado un baucher tan grande... Digo, la vida ya empezó a caminar. 

Mañana les contesto. Hoy no he dormido. Estoy al pendientísimo de sus comentarios. Los quiero. Hoy quiero a todo mundo. A las animulas blandulas que vuelan, a los escépticos con corazón dulcemente lógico, al cuasi-hermano hornefferiano, a la cómplice nicotínica, a mi marido el hipertímido, a la disputante incansable... y a mi mac.

La agotada y muy ultrafeliz esponjitta.