29 noviembre 2009

Querido Diario:


1.- Conocí al fin el mentado City Market... una especie de tienda popis de la Comercial Mexicana. Me impresionó que, efectivamente, y a diferencia del Superama (que se supone que es lo mismo del WalMart, antes Aurrerá) cuando uno entra siente la popidad y la VIPisidad del asunto: cuestión mercadológica: nunca le prometen a uno que ahí encontrará los mejores precios. Eso sí: las frutas se veían impresionantes, y, feliz, después de buscar plátanos en el walmart y la comercial que no parecieran martirologio de sí mismos, elegí cuatro platanitos perfectamente amarillos. Oh sorpresa: por fuera amarillos, por dentro verdes verdes (a pesar de lo bien que me caen mis amigos de la UP, y que no puedo dejar de reconocer la agudeza e inteligencia de algunos, aplicado al resto, creo que es una buena metáfora de sus egresados de licenciatura... con sus respectivas excepciones, apunto... y que lo verde no les quita lo listos... además).
Claro, parte de la cualidad del City Market es que vende cosas difíciles de encontrar en otros lados. Una cosa que hoy disfruté mucho fueron las codornices: más sabrosas que el pollo, considero. Después del feliz encuentro con el C.M. (¡ah! descubrimiento... las mismas inciales que Comercial Mexicana... claro... nombre en Inglés y digno de serie gringa tipo The Sex and the City), venía yo farfullando contra el clasismo de su discurso mercadológico con el Danilo "¿por qué vender más caras las cosas?". Pero rato después fui desmentida: el mismo chorizo argentino (pruébenlo: cosa riquísima... se me antojan unos choripanes) que en el City M. costaban 56 pesos, en la Comercial Mexicana, bajo el rótulo "oferta", costaban 61 pesos. En fin (y yo, por chaira, compré los más carísimos chorizos).
Bueno, no es para tanto: el City M. parece más bien tienda de ultramarinos.

2.- Nemesio de Emesa. Rondaba, el obispo, ya hace tiempo por mi cabeza: igual de importante para estoicólogos que para medievalistas, y para mí, hasta ayer, sólo significaba, o bien, un pobre tipo al que cada rato lo confundían con Gregorio de Nisa y del cual se extraían citas de los errores de Platón, o bien, un repositorio de pedacería estoica. El miércoles en clase volvió a salir a colación, de nuevo, porque santo Tomás lo confunde con Gregorio y porque nunca falta la nota a pie que lo vuelve a aclarar.
Toda la tarde de ayer me la pasé tratando de bajar programas piratas, hasta que me enteré de que el único malware inmundo que ha quitado a la Mac la mundissima fama de ser invulnerable a los ataques malwáricos, venía adosado justamente a los cracks diseñados para romper (¿craquiar?) las licencias de Adobe. Mientras asustada, buscaba información sobre el inmundo tema, terminé aburrida en la Wikipedia y acabé por buscar al tal Nemesio... y ¡oh sorpresota!
Pos nada: Nemesio de Emesa, al parecer contemporáneo de Agustín, pero helenófono (o helenógrafo, mejor dicho), era un romano con todas las de la ley, cristianizado a avanzada edad, que, antes de ser apologeta cristiano, fue MEDICO... como Avicena. Y, preocupado por la intrigante relación entre el alma y el cuerpo (entre el alma noética y el cuerpo bien formado: κατασκευαξω... sí, ése es el verbo, ya sé), de la mano de Galeno, se pone a investigar en qué partes del cerebro se manifiestan ciertas facultades del alma... y encima de ello, le corrige la plana a Galeno y hasta se le ha querido ver como antecedente de los descubrimientos de Harvey sobre la circulación de la sangre.
¡Oh! emocionadísima por ello, busqué en el TLG su De natura hominis, y descubrí felizmente que está en un griego mucho más digerible que el del perfeccionista de Alejandro de Afrodisia y que el del miope de Plotino (es que el horripilanto-espantosísimo griego del Licopolita se atribuye, en parte a su miopía, según José Alsina Clota). Pero, bueno, se supone que, si he de leer al querido Nemesio, ha de ser en la traducción latina... ¡y que la Taubneriana (¿así se escribe?) ya publicó la edición Griego-Latín!... ¡Y que está en el IIFs!... ¡Y que Sharples ya lo tradujo al inglés! (lo que por cierto, echó por la borda mi sueño guajiro de hacer la primera traducción a una lengua moderna... jijijiji... la ingenuototota de la esponja)... ¡Y que la Gigapedia tiene una traducción anterior a la de Sharples (que por cierto, obviamente, ya bajé)!.
Si está en griego, hipotetizo, es posible que haya llegado a los árabes (y con mayor razón: Emesa es una ciudad que está a medio camino entre Palmira y no sé que otra ciudad... pero lo importante es que Palmira está en Siria: cuna de las traducciones del griego al siriaco y del siriaco al árabe). Y a la vez, fue texto importantísimo en el siglo XIII (su traducción latina) para destrabar el misterioso asunto de las relaciones alma-cuerpo (o, vayan ustedes a saber... mejor dicho, vaya yo a saber si Dales habla de Nemesio en su libro... soy una sope de memoria de Teflón). Bueno: dada su importancia es obvio que ya esté rete editado y rete traducido, y que hasta Jaeger le haya dedicado un libro completo.
Como pueden ver, al apologética cristiana es más interesante que el solo Tertuliano.
Pues yo le echaré un ojo... porque orita mi única obligación (urgentísima y que ya mucho se ha retrasado) es terminar con Avicena y sus animales gracilícimos (entiéndase: los insectos... gracias a Van Riet por sus maravillosísimas notas a pie de página).

3.- Como UTITADIXERIM se quiere modernizar, yo pensaba en incluir algunos podcastes. Y busqué como loca algún programa, no pirático para editar voz, sonido, meter muchas pistas, y todas esas cosas que aprendí en Radio UNAM. Hasta que la bruta de mí fué iluminada... Garage Band, sofware gratuito que venía con la Mac... ¡sirve para eso! (ay la baba de la esponja). En fin. Ya estuvo bueno de descanso de Avicena: tengo tres o cuatro días para acabar.

4.- Nunca jamás me meto de nuevo donde no me llaman (¡ay esponja! ¿cuántas veces has prometido eso?)... hoy hice semejante coraje... bueno, lo peor es que sí me llamaron. Pero basta.

5.- Hoy fui a la Cineteca (¡sí! ¡soy una pecaminosa perdedora de tiempo!) y vi la extraordinaria cinta japonesa "Violines en el Cielo" (pésima traducción: en inglés la tradujeron como Departures, y en japonés se llama Okuribito (quienes sepan japonés -yo no- que juzguen la mejor traducción). Uno comienza ríe y ríe y termina chille y chille. Es de la muestra internacional de cine... vayan. Eso sí: van a llorar tanto que terminarán agotados... (todo el cine gimoteaba: eso no me pasaba desde Titanic).

6.- Me voy a dormir. Hay mucho Avicena que traducir...

Sueñen con los angelitos (nada de inteligencias angélicas por favor):

La esponjita metiche.

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