וַיֹּאמֶר אֱלֹהִים, יְהִי אוֹר; וַיְהִי-אוֹר
(y dijo Dios: hágase la luz... y la luz se hizo. Y es aquí cuando los Testigos de Jehová no me querían creer que traducir de una lengua a otra, y de esa a una tercera es como jugar teléfono descompuesto... porque, a ver: ¿cómo ponerme a explicarles que va iomer en hebreo normal está en futuro, y que nomás en el génesis pareciera tener significado de pretérito perfecto (que debería ser amrá)? ¿cómo explicarles que el toju be boju es una especie de hápax de toda la lengua hebrea? ¿cómo se la ingeniaron los alejandrinos para traducir aquello como ἀορατός καὶ ακοσμοnoséqué sigue, pero que significa: invisible y descompuesta?)... Por eso desistí y comencé con los dos relatos de la creación. La capacidad interpretativa de la testiga de Jehová comenzó a dar pequeños frutos, pero se asustó: dijo: ¿acaso no los evangelios cuentan la misma historia de cuatro maneras diferentes? y yo le dije ¿y quiénes fueron los dos testigos de la creación que la vieron de maneras diferentes para narrárnosla así?
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