Bueno, espero que me comprendan: me quedé sin internet en casa. Esa es la mala noticia.
La buena es ésta:
Desde hace casi 10 años soy cliente de cierta empresa de telefonía celular del mismo dueño de TVapesta (bueno, mi mamá aprehesiva le compró un plan de teléfono a su hijita mimada cegeachera para saber si ya la habían metido al reclusorio norte o todavía no).
Pocos años después, a mi plancito telefónico le agregaron la tal tecnología 3G con el pomposo nombre de "Internet". En ese entonces era tan caro un aparato capaz de aprovechar esa tecnología, que a nadie se le había ocurrido eso de "limitar" el internet a cierta cantidad de datos (además: supongo que los 'datos' que se podían intercambiar eran muy poquitos para que aquello valiera la pena). Ahora los aparatos son accesibles, pero esos planes mágicos ya no existen... pero a los antiguos clientes no nos quitaron nuestros viejos planes... con "internet ilimitado".
Bueno: todo esto es para explicarles por qué tengo tan abandonado el Blog. Mi teléfono nuevo (incluído en el méndigo plan que llevo años pagando -ora sí de mi bolsillo-) sí es capaz de sacarle todo el jugo que se le puede sacar a mi plancito (bueno, mejor me iría con un bláberri o un aifon, pero bueno... nada es perfecto), y puedo consultar las cosas más urgentísimas en internet: el correo, el feisbú y los encabezados del universal y la jornada (el milenio todavía no hallo como, y el móndrigo reforma, a diferencia de la aplicación del aipo, en el telefonito sí pide contraseña).
Con todas esas facilidades, ya no vale la pena desplazarse a un Sangron's con todo y computadora.
Pero, comprenderán, con el méndigo tecladito del teléfono, aunque con esfuerzos se pueden escribir mensajitos de feisbú, pues de plano bloguear está difícil y caótico.
Sin embargo, he estado escribiendo muchos post's... muchos, muchos... (ya ven: entre más capítulo tengo que entregar, más se me sueltan los deditos).
Y hoy venía muy decidida a publicar algo de eso... pero como que las 20 cuartillas que he escrito pos no caben aquí. En fin.
Total que estoy acabando de redactar mi capítulo. Sí: comentí el error de toda la vida; prometí una fecha que no cumplí. Sí... tengo un buen ataque de angustia. Sí: me está quedando tan chingón (ajá... sueña esponja) que la espera valdrá la pena.
(ese fue mi reporte semanal)
Luego publico algo de lo escrito. Hay un amplio menú:
1.- una discusión teológico-filosófica con Ely sobre si "amar" es racional -esto es, que se da mediante una decisión deliberada- o no -esto es: el objeto de amor determina al amante.
2.- Un fragmento perdido de un tal Diógenes Insularum de su famosísima obra Vita Philosophorum sobre un antiguo filósofo romano Valerius Afonsus.
3.- Un pseudo poema llamado "mi maestro de agua, mi maestro de fuego" o " mis dos maestros"
4.- Un resumen de mi capítulo: intentiones son propiedades de las formas sensibles, y es un género que se divide en dos especies: intentiones no sensibles per accidens e intentiones no sensibles per se. El mecanismo 'normal' de adquisición de estas últimas es por medio de la experiencia: el dolor que provoca un objeto se vuelve la acción padecida por el percipiente, de una propiedad del objeto agente, en cuanto agente: lo doloroso. Lo doloroso implica un contendio cognitivo práctico: 'nocivo', así como lo apetitoso implica un contenido cognitivo práctico: 'lo útil'. Sin embargo, existe una excepción: las intentiones que son aprehendidas per cautelas naturales (sic.): dado el supuesto de que las ovejas mamás no les enseñan a los corderitos que los lobos son peligrosos, se requiere de un mecanismo capaz de explicar por qué las ovejas no se han extinguido. Así, la aprehensión de esas intenciones no se da por la experiencia sino que es sustituida por la intervención de las substancias celestes (según Van Riet es la lectura correcta de): principia, et duces incessantes. Pero ontológicamente tanto las aprehendidas por la experiencia como las aprehendidas per cautelas naturales son iguales.
5.- Un diálogo ficticio sobre las características que debe tener "el asesor perfecto"
6.- Un texto que se llama "el Lobo Valerio", simpático personaje de la Jornada Niños... y cuyo nombre, recién recordado, me hizo reír mucho, por aquello que resultaba conjugado.
7.- La continuación del cuento del doctor Pylily y el Doctro Hylily: la explicación de qué es eso de la primer gran caída del meteorito.
Bueno... ya me dirán de qué quieren que publique. Si nadie dice nada (¡glup!)... pos pongo la tesis y se oden...
Los quiere:
la esponjita con síndrome de abstinencia bloggera.
La buena es ésta:
Desde hace casi 10 años soy cliente de cierta empresa de telefonía celular del mismo dueño de TVapesta (bueno, mi mamá aprehesiva le compró un plan de teléfono a su hijita mimada cegeachera para saber si ya la habían metido al reclusorio norte o todavía no).
Pocos años después, a mi plancito telefónico le agregaron la tal tecnología 3G con el pomposo nombre de "Internet". En ese entonces era tan caro un aparato capaz de aprovechar esa tecnología, que a nadie se le había ocurrido eso de "limitar" el internet a cierta cantidad de datos (además: supongo que los 'datos' que se podían intercambiar eran muy poquitos para que aquello valiera la pena). Ahora los aparatos son accesibles, pero esos planes mágicos ya no existen... pero a los antiguos clientes no nos quitaron nuestros viejos planes... con "internet ilimitado".
Bueno: todo esto es para explicarles por qué tengo tan abandonado el Blog. Mi teléfono nuevo (incluído en el méndigo plan que llevo años pagando -ora sí de mi bolsillo-) sí es capaz de sacarle todo el jugo que se le puede sacar a mi plancito (bueno, mejor me iría con un bláberri o un aifon, pero bueno... nada es perfecto), y puedo consultar las cosas más urgentísimas en internet: el correo, el feisbú y los encabezados del universal y la jornada (el milenio todavía no hallo como, y el móndrigo reforma, a diferencia de la aplicación del aipo, en el telefonito sí pide contraseña).
Con todas esas facilidades, ya no vale la pena desplazarse a un Sangron's con todo y computadora.
Pero, comprenderán, con el méndigo tecladito del teléfono, aunque con esfuerzos se pueden escribir mensajitos de feisbú, pues de plano bloguear está difícil y caótico.
Sin embargo, he estado escribiendo muchos post's... muchos, muchos... (ya ven: entre más capítulo tengo que entregar, más se me sueltan los deditos).
Y hoy venía muy decidida a publicar algo de eso... pero como que las 20 cuartillas que he escrito pos no caben aquí. En fin.
Total que estoy acabando de redactar mi capítulo. Sí: comentí el error de toda la vida; prometí una fecha que no cumplí. Sí... tengo un buen ataque de angustia. Sí: me está quedando tan chingón (ajá... sueña esponja) que la espera valdrá la pena.
(ese fue mi reporte semanal)
Luego publico algo de lo escrito. Hay un amplio menú:
1.- una discusión teológico-filosófica con Ely sobre si "amar" es racional -esto es, que se da mediante una decisión deliberada- o no -esto es: el objeto de amor determina al amante.
2.- Un fragmento perdido de un tal Diógenes Insularum de su famosísima obra Vita Philosophorum sobre un antiguo filósofo romano Valerius Afonsus.
3.- Un pseudo poema llamado "mi maestro de agua, mi maestro de fuego" o " mis dos maestros"
4.- Un resumen de mi capítulo: intentiones son propiedades de las formas sensibles, y es un género que se divide en dos especies: intentiones no sensibles per accidens e intentiones no sensibles per se. El mecanismo 'normal' de adquisición de estas últimas es por medio de la experiencia: el dolor que provoca un objeto se vuelve la acción padecida por el percipiente, de una propiedad del objeto agente, en cuanto agente: lo doloroso. Lo doloroso implica un contendio cognitivo práctico: 'nocivo', así como lo apetitoso implica un contenido cognitivo práctico: 'lo útil'. Sin embargo, existe una excepción: las intentiones que son aprehendidas per cautelas naturales (sic.): dado el supuesto de que las ovejas mamás no les enseñan a los corderitos que los lobos son peligrosos, se requiere de un mecanismo capaz de explicar por qué las ovejas no se han extinguido. Así, la aprehensión de esas intenciones no se da por la experiencia sino que es sustituida por la intervención de las substancias celestes (según Van Riet es la lectura correcta de): principia, et duces incessantes. Pero ontológicamente tanto las aprehendidas por la experiencia como las aprehendidas per cautelas naturales son iguales.
5.- Un diálogo ficticio sobre las características que debe tener "el asesor perfecto"
6.- Un texto que se llama "el Lobo Valerio", simpático personaje de la Jornada Niños... y cuyo nombre, recién recordado, me hizo reír mucho, por aquello que resultaba conjugado.
7.- La continuación del cuento del doctor Pylily y el Doctro Hylily: la explicación de qué es eso de la primer gran caída del meteorito.
Bueno... ya me dirán de qué quieren que publique. Si nadie dice nada (¡glup!)... pos pongo la tesis y se oden...
Los quiere:
la esponjita con síndrome de abstinencia bloggera.
3 comentarios:
Yo voto por el 4.
Muchas gracias por el "píquele aquí", es todo un honor. Desde hace días tengo la duda del cambio de paquete, hasta donde yo entiendo lo "ilimitado" es el adjetivo publicitario que anuncia las ventajas de la velocidad y no de los datos (aunque van relacionados), pero tal vez haya malentendido. Por otra parte, a mí se me antoja la teorízación teológico-filosófica sobre el amor.
Hola:
5, 6 y 7.
Saludos
RRS
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