Enojo contra Ira

Estaba enojada. Eso es todo.
El enojo tiene la virtud de ser racional.
Sí, quizás puede ocultar cosas, como ocurre con lo racional cuando la voluntad sabe usarlo para sus fines (esa voluntad cuyo único fin es inalcanzable).

Pero... pero...

Por ahora me quedo con mi enojo. Los enojos son emociones racionales y, como tales, son más fáciles de controlar que la ira.

Me dijo algo verdadero, pero el enojo no dejó que lo procesara: estoy aprendiendo a actuar, no sólo a reaccionar. Me gustó. Fue casi un espaldarazo. :)

Todavía sus palabras de aliento son buenas para mi.

El enojo tiene la virtud, sobre la ira, que tiene claro su objeto. (¿Es intencional?). Ahí siguen los ocultos motivos de la ira. Ya habrá tiempo para procesarlos. Por ahora estoy enojada porque... porque...

No sé. ¿Por qué estoy enojada?

¿Ahora mismo? Pues porque me da tanto miedo la tesis que termino pensando en él. Porque... porque no entiendo el origen de mi miedo. Porque... también me cuesta trabajo actuar y tomar decisiones. Y eso me da mucho... enojo.

Ahí le dejamos. Regreso al capítulo. (También tengo miedo que todo sea necedad mía y que, desde el principio, si hubiera escuchado al Lobito, esto hubiera sido menos tortuoso. Quizás a eso le tengo miedo... o a que todo lo que descubra ya esté descubierto en esos artículo en ese dificilísimo idioma barbárico... o simplemente que soy incapaz de escribir un correo en inglés, como cuando era incapaz de hablar a la pizzería, y me daban ataques de ansiedad, y mi abuelita me hacía hablar para preguntar la hora para que se me quitara la angustia. Extraño a mi abuelita)