26 mayo 2011

Día bizarro



(Óiganlo mientras me leen. Si no todo va a salir muy aburrido)

El día amaneció bien. Los jueves suelen ser días de pocas actividades. Así que una olvida que este jueves había una conferencia a al que una se había dispuesto a ir. Lo recuerda demasiado tarde, y mejor se pone a terminar el índice de la tesis. Entonces agarra vuelo y de pronto ya son las dos de la tarde y una tenía que estar a las dos y media para tener una plática sobre Estimativas y Hermenéuticas. Admitamos que eso de por sí suena bizarro. Pero la platica no estuvo en absoluto bizarra. Me cayeron dos o tres veintes... y me enteré de substanciosos chismes que, obviamente, no les contaré. Abrazo a mi interlocutor, también fiel lector de este blog.
La cosa se puso bizarra cuando llegué a la casa-consultorio de la higuiatra. Porque llegué 15 minutos después de que terminara mi sesión. En lo que decidía si le pagaba una consulta que no me había dado (casi casi le iba a pagar a ella por mi plática inteligentísima con mi amigo inteligentísimo) estuve tratando de escribir una especie de texto donde explico por qué construí el índice de la tesis como lo hice...

ejem...

ya tengo índice de la tesis (y orita lo mando, doble ejem)

Y en eso, y oyendo caprichos de Paganini, doblé las manos. Tiene razón. Le pago pues. Lo malo (y lo que no creo que entienda) es que no le pago "yo", le paga mi mamá. A la que yo hago guaje es a mi mamá, no a ella ni a mi. Pero la higuiatra, al pedirle yo que me dé recibos y que ya me dé un puto diagnóstico –pues ya soy funcional, le explico, así que ¿de qué se trata todo esto si ni a psicoanálisis argentino llega?— dobla las manos y me "repone" la sesión. Recula: no, no repone, regala. El daño está hecho. Mi "soy funcional" lleva una amenaza latente: ya no te necesito. Así que o me das diagnóstico o me voy, porque ese dinero se está yendo por un agujero, y ni siquiera es mío.

Salgo del consultorio y me encuentro a dos amigos. Y, como el 90% de las veces, D. se despide de golpe. Me voy con la incomodísima sensación de que soy terriblemente impertinente, y que no sé terminar a tiempo una conversación (¿o será un problema con ciertos habitantes de cierto país, porque exactamente lo mismo me pasa con cierto asesor?), y mientras ando toda angustiada pensando en eso, una camioneta me hace señas y se detiene en las esquina de enfrente. Se queda esperando. Me está esperando. ¿Quién es? No, no reconozco la camioneta. Pero ¿será algún profesor? ¿algún vecino? ¿algún amigo? Pero... dudo mucho. La camioneta persiste. Me acerco. Un tipo de unos cincuenta años me saluda, se presenta y me pregunta si soy soltera. Mi nivel de pendejez sube al máximo. No sé que contestar. Debí decir casada o monja (para no mentir) Pero afortunadamente mi dubitación duró tanto, que mejor me ofreció un raid para miramontes. No, le digo, voy al Starbuks que está ahí enfrente. Gracias. Bueno, se despide y se va.

Con la sensación de absoluto bizarrismo, llego al Starbuks para acabar de escribir ese asunto y por fin mandárselo al Lobito. Pero ¡claro! ¡uno se mete a Facebook! Y se encuentra con un comentario de Fátima (la única mujer con quién me pusieron el cuerno) diciendo que está en contra de la infidelidad.

No lo soporto. Pero ¿qué no soporto? ¿fueron un montón de celos ya muy pasados, o el espíritu pietista-calvinista de mis raíces protestantes?
Dejo el golpe: "A mi los infieles no me caen gordos, a los que no soporto son a los hipócritas".

Entonces, de pronto, tengo la bizarra sensación de que eso fue como por fin levantarme de algún sitio, tomar las maletas salir y despedirme dando un portazo. ¿Irme de dónde? No sé. Pero puedo asegurarles que mi respuesta a Fátima fue como por fin dar un portazo y dejar atrás un montón de cosas. Como por fin salir a tomar el tren tan anhelado... oyendo a Paganini.

Me voy, banda, que un índice necesita ser explicado, y mi deber es desfaçer tales entuertos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Abusona con tu psicoanalista!
****Defendiendo al gremio,le dicen a eso... creo *****

Esponjita dijo...

Pos no es psicoanalista, es psiquiatra... ¿no cuenta?