18 julio 2011

Sicut In Speculo Animato (los colores y Alberto Magno)

No sé si ahora sí pueda. Lo volveré a intentar.

Dice Alberto que los colores tienen un ser material y otro ser formal. Luego habla del ser espiritual. Pero aclara en repetidas ocasiones que se refiere al sutilísimo cuerpo llamado "spiritus" (pneuma) por los galénicos (o sea, el viejo pneuma estoico, aunque asegún dicen, Aristóteles ya había hablado de él). Es decir, por espiritual no se refiere a algo incorpóreo.

Bueno. Pero justo lo que le interesa a Alberto es explicar por qué en el ojo y la imaginación no tenemos las imagenes "determinadas bajo la cantidad", es decir, las imágenes tanto en el ojo como en la imaginación, no miden. Además poseen ciertas características que yo me atrevería a llamar lógicas: predicados. La abstracción sólo es posible si se pueden extraer (¿abstraer?) predicados individuadores a aquello que se va a abstraer. ¿Qué queda entonces de material, es decir, qué queda de corpóreo en las facultades sensitivas?

Alberto toma el caso de los espejos para fundamentar su postura. ¿Por qué? Porque según entiende él la teoría geométrica, toda la imagen, en un espejo (al menos el cóncavo) se reúne en un sólo punto. La existencia del punto es todo un debate medieval y parece que Alberto estuvo muy al pendiente de ese asunto (¡Por Dios! ¡Acabo de encontrar un comentario de Alberto al libro I de los elementos de Geometría de Euclides! aunque debatido, Anzulewicz lo da por bueno). Así que el punto posee existencia "corpórea" (ok, con sus asegunes... dejémoslo en existencia física). Y por ello la imagen toda se da en el espejo como un sólo punto. ¿Qué se da en el espejo? No la imagen bajo la determinación de figura y cantidad, sino de species figurarum, species quantitatum. Si en los espejos ocurre eso, ocurre también en el medio, el ojos y la imaginación.

La species tiene la facultad de representar aquello de lo que es species. Por ello puede representar la cantidad sin ser cantidad. ¡Ese es el asunto! ¡Eso es lo que no entiendo! ¿Cómo es? ¿de qué se compone? ¿en qué recaen sus capacidades representativas?

Bueno, pero dirán ustedes, este post se llama "Alberto y los Colores". Y los colores ¿dónde están? Bueno... pues resulta que, a diferencia de la cantidad (las figuras, pues) el ser "formal" de los colores es su único verdadero modo de ser. ¿Por qué?

Alberto confronta la teoría aristotélica de los colores. Según el Estagirita (dice Alberto) son generados por las cualidades primarias. Las cualidades primarias son "calor, frío, húmedo y seco". Y, dice el Aristóteles de Alberto, que el calor genera el blanco y el frío el negro. Pero Alberto dice inmediatamente ¿y la nieve?

(sí, ya les había comentado algo en otro post).

Bueno, la cosa es así. Alberto enfrenta varias teorías sobre la luz. La de Euclides (los que dicen que la luz son rayos emanados de los ojos), la de Alhazen y Alkindi (aunque todavía no me queda claro a quién sí leyó y a quién no), la de David de Dinato a quien llama aspectivista, y la Aristotélica. Eso lo deja con el siguiente problema: acepta la teoría del medio alterado de Aristóteles, pero entonces necesita desarrollar una teoría bastante compleja para explicar por qué la luz se comporta como su fueran rayos.

Total, para no entrar en intrínguilis, el meollo de esa multiplicidad de teorías desemboca en la necesidad de distinguir colores, luz y medio transparente. Y un modo es demostrar que los colores ya están en acto en la cosa coloreada. Pero ¿qué quiere decir "acto" si no se ve?

Es aquí donde entra el quid de la cuestión. El calor y el frío "generan" los colores por la capacidad que tienen, según se combinan, de reflejar mayor o menor cantidad de luz. La nieve, dice Alberto, absorbe mucha luz porque está compuesta de frío->agua. El frío también ahuyenta la luz (no recuerdo ahora cómo) y por eso produce negro también. Pero noten cómo las combinaciones calor-frío, húmedo-seco no son propiamente el blanco y el negro, sino las condiciones de cantidad de luz que generan blanco-negro.

Blanco y negro son, para Alberto, "habito" de la luz. La luz, a su vez, es hábito del medio transparente. Y eso es lo que voy a hacer esta noche: entender cómo puede haber tantos hábitos juntos.

¿Qué tienen que ver los espejos con los colores?

Bueno: el "color" es un accidente. Si es un accidente requiere de un sujeto. Y si requiere un sujeto, este debe ser corpóreo, es decir, estar determinado bajo la cantidad. Pero ya vimos que en el espejo y el ojo las figuras no están determinadas bajo la cantidad sino que son especies de la cantidad (representantes de la cantidad sin serlo). La naturaleza última de la figura según su ser formal es la luz (son los rayos luminosos que se encuentran en un punto indivisible en el espejo). Luego, parecería ser que sólo la species sensibilis posee, estrictamente hablando, color...

¡¡¿¿Se fijan??!!
Si bien establecer la exacta naturaleza de la especie representante de la cantidad parece ser un problemón (que se hará más grande cuando Alberto diga que son "herramientas" del sentido común), la naturaleza de la especie del color no está en la cosa... ¡¡!!

No por ello es algo "subjetivo": posee existencia objetiva ya fuera del alma: en el medio transparente y en el espejo. Y el secreto de esa existencia radica en lo que Alberto entiende por "hábito". Pero no es algo en la cosa coloreada, sino en la luz.

Eso, creo, ya apunta directamente a la modernidad. Y, si nos ponemos un poco laxos, en algo se parece a la teoría de los colores contemporánea: ellos son la luz y su especie colorida algo que sólo es capaz de recibir la imaginación, el ojo... y los espejos.

Una teoría fisicalista (externalista, digamos), donde los qualia andan pululando en la luz...

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