02 agosto 2012

La apertura de la bola de cristal

Cuarta entrega de los cuentos de la Bola de Cristal


¿esto es un espejo o una lente?

Un molesto parpadeo me despertó. Un enorme círculo blanco aparecía y desaparecía del techo. Claro, era obvio, por holgazana no había apagado la computadora y la lamparita que indicaba que estaba en reposo activamente me recordaba todos los pendientes atrapados en su carcaza de plástico blanco. A punto de dormirme y ¡zaz! de nuevo el círculo... que, bien visto, ya no era blanco, se ponía rosa... ahora azul, ahora verde... ¡momento! ¡¿cuál carcaza blanca?! La iBook blanquita ¡¿me estaba visitando desde el cielo de las computadoras?! Me erguí sobresaltada sobre la cama: esa computadora hace meses que no la tenía después de que el gato aventó la puerta suelta del ropero, que a su vez tiró la taza de café caliente sobre el costado izquierdo de la iBook dándole en la madre, para siempre, a la tarjeta idem

¡La bola!

Mis uñas agarraron con todas sus fuerzas las sábanas y, haciendo de tripas corazón me obligué a voltear... primero al techo: ahora los matices iban por el turquesa pasando por el fucsia y el negro fosforecente. Con la mano derecha busqué a tientas los lentes y, nada más me los puse, vi dentro de los cristales el reflejo esférico de la monstruosidad mágica. Que mis gatos le estuvieran gruñendo no me tranquilizó mucho más, pero la curiosidad era demasiada ¿a qué maldita hora se me había ocurrido ponerla dentro de un estante del librero?

Me levante despacito y, casi como si fuera a aplastar a una horrorosa araña potencialmente venenosa, agarré un trapo (recuerden que la otra vez se había calentado) cerré los ojos y la agarré. No, no estaba caliente. Entonces abrí los ojos y vi que los colores no dejaban de aparecer (lo que me tranquilizó al fin de cuentas). Rápido caminé hacia la mesa (no sin antes voltear los platos de croquetas y de agua de los gatos y proferir algunas mentadas de madre), la puse sobre la mesa en sus patitas de león, y me puse a contemplarla. 

Los patrones que mostraba la bola al inicio simplemente eran bonitos, pero luego como que querían agarrar forma. Como que querían, es decir, como que ya iba a aparecer algo, como que eso tenía algún significado (¿y si nomás había comprado una lámpara de lava mágica?), como que... hasta que supuse que  la estaba 'mal interpretando'. ¿Recuerdan esos libros para ver en tercera dimensión si uno hacía bizcos? Y ahí me tienen haciendo bizcos y casi torciendo la lengua para ver si aquello tenía algún significado, pero entonces se apagó (y juro que se escuchó como cuando el disco duro de la Mac... ¡ay la Mac! se apagó. Hizo así "¡piiuuuu!" y se apagó. ¿Y ahora? Me sentí tan idiota como cuando se murió la mac. 

Pero antes de tener tiempo de reaccionar un punto blanco y luminoso apareció en el "fondo" de la bola. El punto se alargó como en una tira y comenzó a formar patrones muy extraños... ni tanto... ni tan raros... simplemente decía: 

Sphaera Crystallina operationem incipit...

Luego aparecieron un montón de puntitos, de tres en tres, así: 
...
...
...
...

y al final el siguiente letrero.

decretum praestolatur:

y dos puntitos que parpadeaban

What the fuck!?

Ahora resultaba que la bola era una especie de computadora mágica ¡¡En MSdos!!
¿Cuáles habían sido las palabras mágicas? Me odié en ese momento por no habérmelas aprendido...  ¿cómo era, cómo era?¿ ¿saldría lo mismo si se lo decía en portugués o alemán? –pronto verán lo fundamental de la lengua escogida– Pero ¿la esfera me escucharía? Y en pensando todas esas cosas, repitiendo cada uno de los pasos comencé a recitar

ameno, imperavi emunare, ameno, 
lacire, lacire do, ameno... 

Y ¡sí! ¡funcionó! De pronto comencé a recitar, de nuevo involuntariametne aquellas palabras en latín: 

Sphaera Crystallina mihi devela
in animo suo occultam viam
et otibus meis suos
in verba verte somnos

Me quedé en silencio. ¿Saldría una descripción de sus sueños? (eran las tres de la mañana, yo asumí que estaba jetonsísimo)... o ¿debí decir et oculis meis suos/in imagines verte somnos? (bueno, el morbo sería mejor así), pero en lo que pensaba todo eso me di cuenta de que no era necesario: la bola salió con su mensajito en MSdosmágico: 

...procedendo...

y entonces apareció una imagen (¡mi primer imagen mágica!). Era un cuerpo de mujer desnudo, blanquísimo, que estaba dormido sobre algo que parecían unas sábanas de colores, pero me di cuenta de que el fondo eran los colores del principio. Entonces ¡aparecía él! ¡aparecía él junto a ella! Ella no se distinguía bien –aunque me quedaba claro que no era yo, lo que provocó en mi gargantita un nudo y que dos lagrimones se me escurrieran... porque sí sabía quién era ella.–

Él estaba vestido de traje. Andaba de aquí para allá, como si ella no estuviera ahí. Se veía desde arriba, pero lo más raro fue cuando él comenzó a verse de frente y a hablar como si me estuviera hablando a mi, pero ella seguía acostada exactamente en la misma posición, como vista desde arriba... ¡vamos! imaginen que la bola es una pantalla de televisión. Él estaba diciéndole algo a la "cámara", y desde atrás apareció una mano que acariciaba el rostro y él sonreía... Quise extender la mano... era su rostro, sonreía... se veía cansado y tenía la barba crecida. Me miraba, me miraba con mucho cariño. Sonreía... Entonces se acercó demasiado, entre cerró los ojos y la mano de la bola se extendió... no era mi mano, pero yo conocía esa mano, esos anillos, el anillito con las tres piedritas rojas... 

¡¡¡¡Verga!!!! ¡¡no estaba viendo los sueños de él!!

De pronto me llevé las manos a la boca, pero entonces me di cuenta de que la fuente de alimentación mágica de la bola eran las palmas de mis manos, porque apareció un letrerito que decía:

conecte manus

y puse las manos sobre la bola otra vez. Pero ya no apareció nada, sólo los patrones de colores... 

¿Por qué los sueños de ella? ¿por qué? ¿le contaría? pero ¿cómo contarle a alguien que tengo acceso directo a su incosciente?

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