Eres el árbol en que se rascan todos los tigres.
Eres el corazón, el ἡγεμονικόν,
el spiritus que todo lo mueve.
Eres el Demiurgo.
Y mientras me hundía, jamás soltaste mi mano. Y no me hundí, obrador de milagros,
No me hundí.
El Sol salió otra vez.
(Y todo lo demás, incluyendo las impertinentes ganas, y etc... permanece igual. Nomás que hoy tuve una revelación)
(Y todo lo demás, incluyendo las impertinentes ganas, y etc... permanece igual. Nomás que hoy tuve una revelación)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario