09 septiembre 2013

Fitness esponjoso.

Me gusta acumular cosas. Luego ya no sé qué hacer con ellas. Las dejo olvidadas en las repisas y ni siquiera les quito el polvo de encima. Pero durante un breve tiempo, el irlas juntando me provoca una enorme satisfacción.
Dado el pequeño espacio en el que vivo, y la situación económica, he decidido acumular justo esas cosas que me son tan difíciles de obtener. Es un engaño a la continencia. Le haré creer que cada logro satisfará su pequeña lujuria y gula de bienes inútiles y fútiles.

Haré una lista.

(Hacer listas es lo más preciado de este deporte de coleccionar lo que sea. El placer está en saber que pronto se llegará a la consumación. Pero llegada ésta, perderá todo interés el asunto y quedarán, en los estantes, empolvándose los triunfos. Pero mientras tanto, hagamos una lista):

1) Dejar de fumar. 
El mayor de todos los logros. Me inspiró una de las misses de inglés de la prepa. Me contó eso, que ella había dejado de fumar sin más, después de 20 años de una a dos cajetillas diarias. Esa fue la inspiración pero no la razón: ya me pesaba bastante el cigarro y un día descubrí que, a pesar de estar fumando mucho, no trabajaba más. Y por alguna razón, una noche en casa de mi mamá me fumé un cigarro y no se me antojó más. Y dije ahora es cuándo y decidí no fumar ese fin de semana... y el lunes o martes siguiente publiqué en FB y Twitter aquello de por cada like/fav me comprometo a no fumar un día. Y se llenó aquello de tres meses de no fumar. Pero yo también sabía que no bastaba todo eso. Siempre estoy a "dieta"... o más o menos... siempre que como algo engordador lo hago con culpa y así. Entonces comprendí que mi sostén para ello era el cigarro. Así que debían invertirse las cartas: ahora podía comer lo que se me hinchara la gana siempre y cuando no fumara. Y así subí bastante de peso pero corroboré aquello que me habían contado: la adicción física al cigarro sí existe, y uno se tarda entre dos o tres semanas en sacársela de encima. ¿Cómo lo corroboré? Fue el tiempo que necesité un frasco de Nutella cada tres días. Y un día ya no fue necesaria la Nutella. 

2) Bajar de peso
Una buena razón para dejar de fumar es que tampoco estaba ya bajando de peso. Pero tanto el no comer como el no dormir sólo eran posibles con grandes cantidades de cigarro. Así que, luego de dos meses de no fumar, decidí comenzar la dieta: ya había superado bastante bien la falta de cigarro y ya casi no pensaba en ello, así que pensé que sería momento de poner a prueba mi voluntad. Lo primero de lo que me percaté es que, desde que había dejado de fumar, había dejado de tomar mucha agua. Ahora tomaba exclusivamente cocacola light y café. Y, resultado: tenía los ojos hinchadísimos. Diagnosticado todos estos elementos y con el extra de tener la rodilla severamente lastimada, decidí entrar a nadar y aumentar la cantidad de agua que consumía. Comencé a bajar, pero muy lentamente y, muy pronto, me atasqué. Para colmo nos fuimos a los Cabos, donde me la pasé comiendo y, sobre todo, ingiriendo cantidades industriales de bebidas alcohólicas (hasta que me asusté, y hasta el Baileys abandoné). Los 3 kilos que había perdido en 3 meses los recuperé en un fin de semana. ¡La puta! ¿Y ahora? No me quedó más que hacerle caso a Ely: no debía saltarme comidas, debía comer tres veces al día (o las 5 que cuentan por ahí). Así que a) comencé a hacer ejercicio –irregularmente– b) a tomar al menos 2 litros diarios de agua, c) a comer religiosamente tres veces al día. Y d) a cuidarme la rodilla. Así que cuando ya no pude pagar la alberca, comencé a correr despacito en las mañanas o a hacer una rutina aeróbica que me encontré en Youtube. Y voilá! comencé a bajar otra vez de peso... 

3) Dormir en la noche
Ely ya me lo había dicho, sobre todo después de dos crisis depresivas muy culeras que tuve. Que era eso: la falta de ordenación. Pero a mi me mandan a ordenarme y me da un coraje de la chingada. Lo que pasa es que nomás con ella me contengo (y a veces no lo consigo del todo). Pero luego que se me bajó el coraje, me di cuenta de la trampa de mi mente: me doy permiso de no dormir, porque así me doy permiso de no trabajar ahorita, y así pienso lo hago en la noche. En vez, obviamente, de aprovechar el tiempo de la vigilia. Eso es lo que explica, no porqué duermo de día, sino porqué una semana duermo de noche, la otra de día, y carece de ritmo mi horario. No lo pensé, no lo medité. Igual que con la dejada del cigarro, un día comencé a hacerle caso a Ely, sin proponérmelo... al menos no pensándolo. A las once de la noche a más tardar, a dormir. Y antes de las ocho a despertar. No, no ha ido funcionando del todo: sigo teniendo periodos totalmente locos: de levantarme a las 2 am, luego a las 5 am, luego a las 10 am. Pero entonces me fuerzo a regresar... por ahora me he estado levantando circa las 8:00 am, lo que está perfecto por los horarios en que trabajo. 


Conclusión: 
No ha sido fácil, porque sigo sin conseguir lo fundamental: retomar el camino, hacer lo que se supone que quiero hacer, trabajar y concentrarme en ello. Claro, no estoy haciendo todo eso que, además, es urgente. Pero estoy gozando de una tranquilidad monumental. A veces me comparo con hace un año, con hace dos, con cuando Daniel se fue de la casa. Y me doy cuenta de la enorme y monumental paz de la que ahora estoy disfrutando. Sé que estoy perdiendo tiempo valiosísimo pero... ¿pero podría haber seguido cómo estaba? Mi único pretexto para fumar era que eso me permitía una gran rapidez en el trabajo. Pero el día que me di cuenta de que se iba una cajetilla y yo no había escrito una cuartilla, decidí de hacerme pendeja. Tenía que voltear un poco hacia mi y ponerme en orden. Algo así como hacer una limpieza profunda antes de continuar. Y, sobre todo, conseguir la paz mental de manera, literal y realmente natural: es decir, luchando contra todos los descontroles naturales que poseo. De lo que definitivamente me he liberado estos días, al menos estas semanas, al menos lo que va de septiembre, es de la ira y la angustia. Y lejos, muy lejos, quedaron las ganas de morirme... 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicidades Mujer siga así, verá que las cosas irán mejorando de escalón en escalón.

M.