08 septiembre 2015

Cathedral

Es justo en esta hora negra en la que me acuerdo de que Dios, un día, se puso a hacer apuestas con el Diablo. En esta hora negra la vacuidad del lecho se abre como abismo. Me gana la desesperación, el vértigo de la soledad me retuerce las entrañas. Avanzo a pedazos sin poderme componer, a ciegas, insensible... como flotando. 

Y viene a recomendarme a Dios. Viene a recordarme las piedras humeantes de la mole enorme de la Catedral de la Ciudad de México, el incienso de la única misa a la que fui, cuando quise creer que la piedra volcánica me hablaba. Que una voz honda y retumbante requebraba mi espíritu. 

Pero a pesar de lo que pueda parecer, Job tuvo suerte, aquella con la que no contó la planta de calabaza con al que fue aleccionado Jonás. La plantita y yo fuimos ejemplo para fortalecer la fe de aquellos que creen en la mole de las piedras de la Catedral de la Ciudad de México, y un profeta maricón. 

Yo, sentada al borde del abismo. No puedo presumir de que se me haya muerto Dios. En mi caso, si acaso cuenta como aborto, como pátina en las hendiduras de una iglesia hundida e inclinada...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

vivir sin amor
creo que es tiempo de dejar asignarle a los demas atributos que no tienen, es tiempo que te des cuenta que eres tu quien levanta las murallas, y ademas son murallas de desprecio. Si simplemente dejaras de lado tus juicios. Y por otro lado, habria que ver de donde viene ese desprecio, que es en si una violencia. El desprecio es un sintoma simplemente, y lo siento, se que es dificil, pues señala un suceso que ocurrio violentamente, habria que buscarlo, y enfrentarlo. Hay gente que esta atenta a ti, pero simplemente la haces a un lado por no decir otra cosa. Lo que el sentido comun llama es que te abras al mundo asi sin mas por un lado y por otro que observes como te repites.

Esponjita dijo...

¡¿Por qué escribes sin acentos?!
Y si voy y busco el suceso violento y lo enfrento y lo supero y me curo, no por eso te voy a hacer caso, al menos no en TW. Ya te expliqué qué cosas me sacan de onda y con las que no me siento a gusto. Y creo que deberías respetar eso. Insistir continuamente es un cierto tipo de violencia ¿no crees? Porque sí, ya te di una respuesta, y ya te contesté. Siento que sientas que mando a la chingada a la gente (¿es la otra cosa por no decir?) pero no tengo ninguna obligación de atender a un desconocido que no me da buena vibra. Absolutamente ninguna.

Saludos.

ix dijo...

Los anónimos traen una onda muy aconsejadora últimamente. A mi blog también llegó un anónimo con tono aconsejador.