28 febrero 2012

1000 Mi tesis y unos Bogomilos

Este es el post número mil. Bueno, más o menos. Hay muchos borradores incompletos y no publicados que ayudan a tal número: post publicados pues no, mil no son aún. Pero bueno, mil veces he abierto esto y tratado de escribir algo.

Encontré una cita de Alberto en De homine que contradice de plano a Sorabji en su Aritotle to Brentano. Eso es para celebrarse también. Sobre todo porque, en el fondo, también es posible demostrar que Alberto es mucho mejor lector de Aristóteles que el mismo Sorabji —I'm sorry.

Y por último (puesto que ando en chinga: no hay plazo que no se venza y el mío es el miércoles) les cuento la anécdota. El asesor me dijo que más me vale que no se me olvide que ya estoy en tiempos extras y que ya se están acabando. Yo agarré eso como metáfora futbolística. Claro, pensé, pos me lo dijo con su lado alemán. Pero pos como yo nomás tengo lado de octavos de final, he aquí la interpretación:

1994, México-Bulgaria.Todos temían que, al vencer al Bulgaria, México se encontraría en cuartos de final a la invencible Alemania. El partido fue largo y cansado. Zague, el brasileño naturalizado y el cruzazulino Carlos Hermosillo lidereaban el equipo. Como guardameta, el más célebre que jamás ha habido: Jorge Campos. El partido estaba empatado 1:1 y se fueron a tiempos extra...
México mostró al principio superioridad sobre Bulgaria, pero el gol no llegaba. Hasta la fecha la humanidad se pregunta porqué Miguel Mejía Barón jamás hizo el tan esperado cambio: Zage y Hermosillo estaban agotados. Pero el gol jamás entró y la selección se fue a penales. México falló tres de cuatro: los goles volaban lejos de la portería. En cambio Jorge Campos logró parar uno, pero no pudo con los restantes.

Bulgaria derrotó a Alemania en cuartos de final. El país entero se rasgó las vestiduras: si los búlgaros pudieron hacerlo ¿los mexicanos no habrían podido también? Claro, siempre y cuando no se hayan ido a penales.

Aquél trauma de los penales quedó grabado como uno de los mayores traumas futbolísticos en la nación entera, junto con al pérdida del territorio en 1864 y el terremoto del '85 (bueno, no, exagero, pero casi casi).

Mi director técnico... cof, cof, digo, mi director de Tesis me recuerda que estoy en tiempos extra. Yo me acuerdo de que soy mexicana. Luego: no puedo irme a penales... no, no, no.
Nos vemos en cuanto mande el último capítulo...

PD: Fue un mundial muy interesante: por poco la selección Mexicana estalla una huelga. Lástima que sólo encontré la complaciente y chafa narración de televisa. La de aquella TvAzteca con José Ramón Fernández y Menotti es tremenda... snif... Y noten uno de los gestos que también quedaron en la memoria colectiva durante algunos años: Jorge Campos está tendido en el pasto sin levantarse. Entonces Stoichkov, capitán de Bulgaria, lo levanta y lo abraza, y se van caminando juntos... tan lindos los Búlgaros, a propósito de los Bogomilos. :´·)


1 comentario:

Anónimo dijo...

Ni las moscas...