04 marzo 2012

Pequeño cambio de planes


Con la sombra en la cintura,
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

Federico García-Lorca



Según Spruit el planteamiento de Aristóteles de que el acto del color en la cosa y el acto del color en la facultad visual se identifican al momento de la visión es un modo de responder al asunto de los gemelos en el Teeteto para salvar el realismo que Platón prentende cuestionar. Eso, según yo, quiere decir que el acto del color en la cosa en cuanto visible no es el mismo que el acto del color en la cosa en cuanto accidente que se da en la sustancia corpórea. Por eso es necesario hacerlos coincidir. Pero a pesar de esta coincidencia, son dos actos diferentes: en la cosa es una 'alteración' (allóiosis) y en el ojo una 'perfección' (entelécheia) o, como dice Aristóteles: otro tipo de alteración. Alberto simplemente dirá: es una alteración secundum quid, es decir, no una alteración verdadera.

Uno puede poner la diferencia entre ambas alteraciones en el sujeto: uno recibe de un modo una misma misma forma y otro de otra. Pero es indudable que a la forma en cuestión le corresponde alterar de ambos modos. Y si queremos una teoría "fisicalista" totalmente, es decir, que utilice exclusivamente las leyes de los cuerpos sublunares (físicas y metafísicas), si ponemos la diferencia de alteración en el sujeto ¿en qué consiste la capacidad del sujeto cognitivo para ser alterado de un modo distinto que el objeto no cognitivo? ¿Apelamos, como hace Tomás, a una metafísica privativa de las almas? Otro modo, creo, es explicar "fisicalistamente" en qué radica el que una misma forma posea dos tipos de capacidad de alterar. Es decir, bajo el supuesto estrictamente hilemórfico de que las almas no-humanas son sustancias compuestas que se rigen exclusivamente bajo las leyes de éstas, es necesario dar cuenta de qué significa ser una 'alteratio secundum quid' poniendo dicho tipo de alteración en la naturaleza de la 'forma' y no del sujeto que la recibe.

Además, para respetar la consigna aristotélica de que percibir es en cierto modo padecer, es necesario que los dos modos de ser de la cosa estén 'fuera' del alma, y que ésta los aprehenda simplemente. Por eso ambos modos de ser deben ser extra-anímicos, es decir, no depender del sujeto percipiente.

Vean: el asunto es apelar solamente a un sistema físico para explicar dos modos que tiene una misma forma de alterar. Los dos procesos que hay que explicar son (a) la alteración cualitativa (dicho de otro modo: el cambio de color que sufre un cuerpo físico) y (b) la alteración cognitiva (aquello que permite a la facultad sensible percatarse de la presencia de un color). Como (b) es cognitiva, lo que se debe explicar con este tipo de alteración es el cómo es posible la representación: es decir, la capacidad de (b) para dar cuenta de (a). Como (a) y (b) son dos cosas diferentes, no es suficiente que (b) posea las características de (a). Y es probable que tampoco sea necesario.

Ok, ¿para qué las species (pregúnta demiúrgica del martes)? Eso es lo que hay que entender en Alberto: al menos al momento de la percepción no se requiere un 'representante' en el sentido de que una imagen nos diga cómo es el mundo (no se trata, pues, de un representacionalismo). La cosa es directa. Pero se necesita explicar cómo obtenemos cognitivamente aquello que, de suyo, no lo es. ¿Por qué no es de suyo el 'verde' algo cognitivo?

El ojo para saber que algo es verde o es grande no tiene por qué ser verde o grande: tiene que ser capaz, como lo anotaría el mismo Aristóteles, de 'actualizar' de tal modo lo verde o lo grande que sea capaz de discernirlo de otros colores (cf. Modrak): una alteración secundum quid. No basta con que el ojo se 'enverdezca' sino que tal 'enverdecimiento' tiene que darse de tal modo que permita el discernimiento. En el discernimiento se encuentra la característica 'representativa' de lo aprehendido (ahora sí, en el sentido en que entiende Searle 'representación' ¡bingo!)

No es, creo, casualidad que 'discernimiento' sea la traducción a krineín, y que el mismo término sirva para 'juicio'. Es evidente que hay dos tipos de 'krinein' en Aristóteles: el distinguir verde de rojo, y el que se da en la percepción accidental que implica componer dos propiedades a modo de predicados (¡¡a MODO de...!!). El percatarse (¿awareness?) es siempre producto de algún tipo de krineín (de nuevo: el mismo Aristóteles lo dice). La pasividad de la recepción sensible ya va preñada siempre de krineín, porque sin el juicio/discernimiento no hay 'percatación'. Ut ita dixerim: aún si fuera verdad que el ojo se enrojece o se enverdece, ello no basta para que la alteración sea cognitiva. (Acá al fin entendí porqué mein lieber Wölfchen me mandó a leer a Modrak... *lagrimita*)

Bueno: la misión, que el doctor universalis aceptó, consiste en explicar esa alteratio secundum quid sirviéndose de la pura física/metafísica de las sustancias sublunares...

¡¡Bingo!! ¡¡Lotería!!

Claro: la característica representativa del 'verde' en Alberto ya no es necesariamente ser producto del discernimiento que hace el ojo entre el verde y los demás colores. Recibir cognitivamente el verde puede explicarse de otra manera. Acá Alberto se pone 'quálico': el 'verde', el verdadero ser del 'verde' es la 'verdidad' de la luz (lumen) pero eso es representante de otra cosa. ¿De qué? De la composición de cualidades primarias (calor-frío, húmedo-seco) de las cosas corpóreas.

(¡jijijiji! según lo que acabo de decir, los defensores de los qualia serian 'albertistas' mientras que sus antagonistas, aristótelicos (cf. Dennett): para los segundos, los colores serían en realidad una serie de juicios/discernedores mientras que para los primeros, la verdadera naturaleza de lo cognitivo... chale, ya me estoy pirando).

Bueno ¿y los espejos animados? Explicar cómo la species o intentio del verde es representante de algo en el mundo es más fácil para Alberto que dar cuenta de cual es la estructura o naturaleza de la intentio o species de la magnitud. ¿Cuál es la estructura de su ser spiritual/intentional? En el caso del color es llanamente la luz. Pero ¿qué pasa con las figuras? He aquí la centralidad de la óptica. La perspectiva de Euclides, los argumentos anti-extramisivos de Avicena y quizás alhazenianos vía David de Dinato, explican cómo en la naturaleza de la luz está el transmitir también las figuras y magnitudes. Seguimos viendo exclusivamente la luz. Y ¿qué es la luz? un hábito del cuerpo transparente... y ¿qué es un hábito? un accidente, una alteratio secundum quid (acá el papel de la micro-definición del DA III, 5 es fundamental). Aquí está el hueco más importante de la teoría de Alberto: sigo sin enterarme de por qué Alberto supone que lo que se da en el espejo como en un sujeto es un punto inextenso que representa la magnitud sin poseerla. Pero con ello logra que ese puntito inextenso, sin ser algo spiritual en un sentido supra-lunar, sea a su vez algo que, sin magnitud, es capaz de representarla.

Bueno. El post se llama "Pequeño cambio de Planes". El cambio de plan es ese: este capítulo va a la tesis. Porque así podremos explicar la gradación de intenciones: (1) color/figura, (2) imagen concreta (la konkrete Dinge de Anzulewicz), (3) contenido proposicional sc. intentio veri et falsi, esa sí, producto de la fina lectura que hace Alberto del Perihermenias y de Metafísica VI (y que le da un nuevo significado a las intentiones non sensatas de Avicena).

Pos a trabajar. Nos vemos pronto. Los quiero...

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