You're so fucking special,
but I'm a creep, I'm a weirdo...
El modo en que Vincent Cassel levanta el pulgar en el ensayo general, me recordó mucho a alguien (¡qué les importa a quién!). De lo otro que me acuerdo muchísimo es aquello de "la única persona que se interpone en tu camino eres tú", y cómo resonó aquello en lo que, poco tiempo después, me diría un amigo: Spongiola spongiolae lupus est. Es una película tremenda. Uno, al principio, no sabe por quién tomar partido, no sabe quienes son los malos ni los buenos, porque ¡definitivamente hay malos y buenos!. Al final descubre que en esa frase está el quid de toda la movie: el villano malvadísimo es el cisne negro...
(Aunque noten que, incluso después de que la película se termina, uno se pregunta razonablemente si la villanota era o no la mamá... cuando la mamá le esconde la chapa de la puerta para que no vaya al estreno, uno cree que es una mamá malvadísima. Pero luego, la propia mamá de una le hace ver a una que, efectivamente, la estaba protegiendo... ¡zácatelas con las mamás simbólicas!)
No me puedo acordar cuándo vi la película. Sólo recuerdo que no andaba en México mi propio Vincent Cassel. Y que al igual que le pasa a ella, un día caí en la cuenta de que la mitad de mi vida ocurría en mi imaginación. Y es que, entre tanta anagnórisis psicoanalítica, las mías y las de mis amigos más cercanos, uno viene a caer en la cuenta de que los malos y los buenos que constituyen la urdimbre de la propia vida son personajes imaginarios. Quizás sea que habemos los pequeños, los chiquitos, los niños, que necesitamos poblar de malvados y salvadores el universo porque no tenemos una puñetera idea de cómo conducir nuestras propias vidas. De cómo volvernos autores y dejar de ser personajes de nuestras aterradoras historias.
Bah, cómo sea. Yo tengo que acometer a Nemesio ahora. *sigh*. Vine a escribir un rato para superar aquello de la glaucopapirofobia. Pero ni tan glauco: se trata de corregir un viejo texto. Je... La edición griega ¡tanto se la pelié a mi Vincent Cassel que nomás no la soltaba! Y por acá tengo la edición latina que ya pronto voy a devolver... esperemos que con un café de olla: le pediré la receta a M.E. y alguna mañana nos tomaremos, los tres, nuestro café con piloncillo y canela.
See you pipol...
The little sponge...
(nota: el estúpido youtube-SOPA no los va a dejar ver el video en mi blog. Vayan a Youtube. Esta edición tienen una canción muy linda... y la última escena... ¡oh señores! la última escena...)
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