...estoy enamorada del Sol
loca por él, rabiosamente loca,
ya pasará, ya pasará...
I wish I were special...
Spieglein Spiglein an der Vorstellungskraft...
Poco artículos en la historia de la historia de la filosofía tienen la suerte de ser citados en abundancia en cualquier artículo o libro que toque el tema. Uno de ellos es el de Wolfson sobre los sentidos interiores, escrito en 1932 y que ha sobrevivido por mucho a su autor. Otro, mucho más reciente, el de Richard Sorabji: Intentionality from Aristotle to Brentano. La extensión temporal que abarca el título ya anuncia que su virtud fundamental es la de ser una especie de mapa sobre cómo evolucionó la teoría de la intencionalidad desde un punto al otro de la historia. A pesar de que el recuento no puede se excesivamente minucioso, paso obligado son los conceptos de intentio en Avicena y Averroes, y el esse intentionale de Alberto Magno y Tomás de Aquino, padre, se ha de suponer, del brentaniano concepto de inexistencia intencional.
Recordemos, empero, que la historia de ese artículo está ligada a un todavía más célebre borrador (draft): aquél en que Burnyeat decide que hay que tirar a la basura la filosofía de la mente aristotélica, y que fue publicado por Nussbaum y Rorty junto con varias respuestas. En aquél draft, Buryeat distingue entre una filosofía de la mente "cristiana" a la que adscribe a Juan Filopón y, sin duda, a Tomás de Aquino. En aquél libro Sorabji defiende el honor de la psicología aristotélica, pero en Intentionality from Aristotle to Brentano pretende demostrar que aquella espiritualización que Buryeat halla tanto en Aristóteles como en Tomás es, en realidad, producto de una serie de problemas lógicos que al tratar de ser solucionados, progresivamente desemboca en la espiritualización progresiva de la percepción.
Sorabji muestra con éxito cómo evoluciona el problema de Aristóteles a Temistio y después a Juan Filopón. Sin embargo, al llegar a Avicena, fundamental porque es a través de él que el término intentio ingresa al occidente latino, Sorabji desespera: sí, sí, el célebre ejemplo de la oveja y el lobo... pero el término que le interesa a Sorabji, las intentiones materiales, resultan ser de un crudo materialismo que nada tiene que ver con el concepto que él busca. Descartado el materialista Avicena, revisa la teoría de Averroes y su esse material, intermedio y spirituale mucho más prometedor y, finalmente, llega a Alberto Magno...
Alberto integra al vocabulario occidental el término esse intentionale, heredero inmediato del esse spirituale de Averroes. Este término designa el modo de ser que poseen tanto en el cuerpo sensible como en el medio transmisor (sc. fuera del alma) las especies sensibles, las cuales son signo ya sea de formas de las cualidades sensibles, ya de la figura y magnitud. El postulado de Alberto pretende resolver los mismos problemas lógicos que sus antecesores según Sorabji, y en especial Averroes, encuentran respecto al hecho de que dos cualidades contrarias (i.e. blanco y negro) se hallen en acto simultáneamente en el mismo espacio. La novedad de Alberto, como bien lo hace ver Sorabji, consiste en volver extramentales aquello que para Avicena y Averroes eran objetos estrictamente mentales: las intentiones. Sin embargo él mismo encuentra una cita que podría echar por tierra su teoría sobre la espiritualidad en Alberto: el dominico es muy cuidadoso al momento de hablar de spiritus y distingue entre el modo theologico y el modo de los médicos. Según Sorabji, Alberto siempre se refiere al que nosotros llamaremos aquí el modo theologico, y sólo cuando lo aclara se refiere to the tenous, gaseous body.
Sorabji tiene razón al decir que los colores y la luz no son spiritus vaporosos, pero Alberto también es muy enfático al aclarar, probablemente respondiendo a Grosseteste, que tampoco se trata de spiritus en el sentido de Agustín, es decir, theologico. Y no hay un tercer sentido de spiritual. La cuestión viene a cuento porque Alberto demostrará, more aristotelico, que la luz es un accidente del medio transparente, que es un hábito; sin embargo lo hará enmarcándolo en la teoría de la luz de Avicena, inspirada en la de Alhazen e influída por Euclides y sobre todo, David de Dinato.
¿Qué significa exactamente esse spirituale para Alberto en este preciso caso? ¿qué significa espiritualización? A través de la óptica, no la de Avicena, sino la del hereje de David de Dinato, (de quién Alberto es nuestra fuente más importante) el doctor Universalis demostrará que bastan las leyes del mundo sublunar para explicar la naturaleza de la luz, los colores y, sobre todo, la visión: del mismo modo en que en un punto inextenso la magnitud entera se refleja en un espejo, así ocurre tanto con el ojo como con la imaginación. Los problemas lógicos que trata de evitar la "progresiva espiritualización" de Averroes y de la que habla Sorabji, son los mismos que la óptica de Alberto tratará de solucionar. Pero ¿la solución de Alberto es 'espiritual'?
Como veremos, la teoría de Alberto en el De homine tiene al menos dos problemas que no parecen solucionarse del todo, y que lo obligarán, en el De anima, volver a ciertos postulados 'materialistas' de Avicena sobre la naturaleza de la Imaginación. Pero aquí mostraré que la teoría del esse spirituale y del esse intentionale de Alberto pretende dar una teoría sobre la percepción sensible que sea explicada, exclusivamente, en términos de la física de los cuerpos sublunares y, que en ese sentido, no puede enmarcársele, como a Averroes o al mismo Tomás de Aquino, de espiritualista.
¡¡DE LO QUE SIGUE SE ENTERARÁN LA PRÓXIMA SEMANA SI LE CAEN A LA SUPER EXPOSICIÓN ESPONJOSA SOBRE LA LUZ, LOS COLORES Y LOS ESPEJOS ANIMADOS DE ALBERT DER GROßE!!
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